No se hasta que punto este artículo puede ser fidedigno pero no se que me produciría mas risa que fuera cierto o que no.
Porque pretender declararse legítimamente herederos del temple en nuestros dias me parece demencia semil pura y dura.
Lo más parecido si alguien quiere ser neotemplario o algo que se le pueda parecer, es sencillamente, metiéndote en el ejército profesional y hacer carrera militar, y luego más tarde te ordenas como sacerdote en el ejército.
No tienen bastante con eso estos grupos de... no se si llamarlos nostálgicos porque fue una época que no vivieron, que además se entrevee unas pretensiones de reclamar a la Santa Sede el patrimonio templario expoliado. Ver para creer.
Yo manteniendo alguna conversación con algunos amigos sobre este tema me salta alguno y me dice algo así como "el ser templario no es llevar una espada y luchar por recuperar Tierra Santa es un sentimiento o enseñanza...." como yo pienso, que sentimiento ni que enseñanza se pueden sacar de unos clérigos fanatizados de hace cientos de años que la única enseñanza que se podía sacar de esa gente es como expoliar tierra de "infieles" y rebanarles el pescuezo.
En fin aquí os dejo en enlace:
http://www.clarin.com/diario/2008/03/25 ... -03201.htm
El año pasado, la Santa Sede divulgó el llamado Pergamino de Chinon, un documento descubierto en el Archivo Secreto Vaticano en 2001 que contiene la absolución de Clemente V al último Gran Maestre y a otros cinco jefes. Entonces, el Papa sólo pensaba en suspender la Orden; fue antes de que Felipe IV "pusiera en marcha -dice el Vaticano- un verdadero mecanismo de chantaje".
En ese manuscrito se basa la Orden que pagó el aviso en The Daily Telegraph. Allí, los miembros convocan a "los grupos templarios y los compañeros de armas de todo el mundo" a reunirse. Y anuncian que pedirán a Benedicto XVI que "restaure la orden con los deberes, derechos y privilegios para el siglo XXI y los venideros". Una aspiración que parece difícil, si se piensa en las riquezas confiscadas por la Iglesia hace siete siglos.