Cátaros&Templarios
Publicado: Lun Ene 28, 2008 5:34 pm
Los Templarios tuvieron muchas connotaciones con los cátaros, mostrando similitudes en pensamientos y principios a las que se unió el paralelismo temporal (el protagonismo cátaro se dio también entre los siglos XII y XIII) y la interconexión territoral -el catarismo se concentró en el Langedoc, en el sureste francés, esto es, en la zona vecina a donde se expandió la descendencia de Jesús y al lugar donde se fraguó intelectualmente el impulso del Temple-
El Langedoc constituía un espacio singular gobernado por varias familias nobles, la más importante era la de Trencavel, que durante un tiempo quedó fuera del reino de Francia y donde floreció una rica cultura, un idioma propio y una significativa tolerancia religiosa. Un contexto en el que, en la primera mitad del siglo XII, aparecieron una especie de predicadores que guardaban relacción con otros que, ya en el IX, se movieron por tierras búlgaras y configuraron el movimiento borgomilo. A la peculiaridad de su estampa -barbudos, con hábitos negros o azul marino y ceñidor de cuerda, conviviendo en casas comunes, caminando de dos en dos, predicando a los humildes en los sitios que estos frecuentaban- sumaron un particular ideario.
En él se hablaba de fuerzas que encarnan el Bien (inmaterial) y el Mal (material) y de principios y prácticas -pobreza, no violencia, igualdad de las mujeres incluso al oficiar ritos...- que presentaban indudables semejanzas tanto con el gnosticismo como con las creencias de los primeros cristianos. Lo que explica la facilidad con la que sus teorías encajaron en esta zona del mapa galo, donde el cansancio que recorría Europa ante una Iglesia que hacía lo contrario de lo que predicaba, se añadía una genuína tradición religiosa que entroncaba con Jesús y María Magdalena -entre las prácticas cátaras de iniciación estaba el "consolamentum", por la que el ser humano adquiría consciencia de su alma divina y en la que se compartían los secretos de Jesús-.
Así, estos misioneros contaron pronto con un gran apoyo popular y la gente los denominó "katharer", un término de reminiscencias griegas que significa "puro". No obstante, la Iglesia los llamó "albiguenses", por la importancia que adquirieron en la ciudad de Albi y otras limítrofes, y descargó sobre ellos toda su ira.
El papa Inocencio III declaró una curiosa cruzada de cristianos contra cristianos que, a partir del año 1209, convirtió el Languedoc en un río de sangre. Los cátaros se hicieron fuertes en la fortaleza de Montsègur y allí resistieron hasta 1244. Las encomiendas templarias de la región, que no fueron ajenas a la rápida propagación del catarismo, acogieron de buena gana a todos los que en ellas buscaron protección antes y después del asedio.
Los cátaros eran una rama cristiana, abiertamente desafiantes a los cristianos católicos. El catarismo se extendió por el sur de Francia como respuesta a la corrupción reinante en el clero durante aquellos tiempos.
El catarismo se basa en el dualismo, en una concepción maniquea de la religión. Según su ideología existían dos principios supremos: el Bien, creador de espíritu y el mal, creador de Materia.
Dentro de los cátaros había dos grupos: el de los perfectos, que habían recibido el espíritu, y el de los creyentes, que aún no lo habían hecho.
Los perfectos no poseían bienes propios, ni mantenían relacciones sexuales, no tomaban productos lácteos, ni comían carne ya que los animales podían ser cuerpos para la reencarnación.
Los creyentes, preferían el amor libre al matrimonio.
La "herejía cátara" consistía en que a Cristo no se le consideraba Dios, sino un mero mensajero o enviado para enseñar a los hombres el valor del espíiritu y el camino de la salvación.
En 1244 un ejército de 30.000 hombres destruyó a los cátaros junto a sus ciudades y pueblos en Francia. Muchos cátaros se hicieron templarios.
La leyenda cuenta que los cátaros custodiaban el Santo Grial, se guardaba en Montsegur y fue salvado del asedio en el último momento. Lo escondieron en una gruta de Monrealp de Sos, en Arieja, cerca de la encomienda templaria de Capo ul et-Junac. El caliz pasó a los templarios a través de los cátaros que se hicieron de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, como se denominaba la verdadera Orden de los Templarios.
Abrazos para tod@s.
El Langedoc constituía un espacio singular gobernado por varias familias nobles, la más importante era la de Trencavel, que durante un tiempo quedó fuera del reino de Francia y donde floreció una rica cultura, un idioma propio y una significativa tolerancia religiosa. Un contexto en el que, en la primera mitad del siglo XII, aparecieron una especie de predicadores que guardaban relacción con otros que, ya en el IX, se movieron por tierras búlgaras y configuraron el movimiento borgomilo. A la peculiaridad de su estampa -barbudos, con hábitos negros o azul marino y ceñidor de cuerda, conviviendo en casas comunes, caminando de dos en dos, predicando a los humildes en los sitios que estos frecuentaban- sumaron un particular ideario.
En él se hablaba de fuerzas que encarnan el Bien (inmaterial) y el Mal (material) y de principios y prácticas -pobreza, no violencia, igualdad de las mujeres incluso al oficiar ritos...- que presentaban indudables semejanzas tanto con el gnosticismo como con las creencias de los primeros cristianos. Lo que explica la facilidad con la que sus teorías encajaron en esta zona del mapa galo, donde el cansancio que recorría Europa ante una Iglesia que hacía lo contrario de lo que predicaba, se añadía una genuína tradición religiosa que entroncaba con Jesús y María Magdalena -entre las prácticas cátaras de iniciación estaba el "consolamentum", por la que el ser humano adquiría consciencia de su alma divina y en la que se compartían los secretos de Jesús-.
Así, estos misioneros contaron pronto con un gran apoyo popular y la gente los denominó "katharer", un término de reminiscencias griegas que significa "puro". No obstante, la Iglesia los llamó "albiguenses", por la importancia que adquirieron en la ciudad de Albi y otras limítrofes, y descargó sobre ellos toda su ira.
El papa Inocencio III declaró una curiosa cruzada de cristianos contra cristianos que, a partir del año 1209, convirtió el Languedoc en un río de sangre. Los cátaros se hicieron fuertes en la fortaleza de Montsègur y allí resistieron hasta 1244. Las encomiendas templarias de la región, que no fueron ajenas a la rápida propagación del catarismo, acogieron de buena gana a todos los que en ellas buscaron protección antes y después del asedio.
Los cátaros eran una rama cristiana, abiertamente desafiantes a los cristianos católicos. El catarismo se extendió por el sur de Francia como respuesta a la corrupción reinante en el clero durante aquellos tiempos.
El catarismo se basa en el dualismo, en una concepción maniquea de la religión. Según su ideología existían dos principios supremos: el Bien, creador de espíritu y el mal, creador de Materia.
Dentro de los cátaros había dos grupos: el de los perfectos, que habían recibido el espíritu, y el de los creyentes, que aún no lo habían hecho.
Los perfectos no poseían bienes propios, ni mantenían relacciones sexuales, no tomaban productos lácteos, ni comían carne ya que los animales podían ser cuerpos para la reencarnación.
Los creyentes, preferían el amor libre al matrimonio.
La "herejía cátara" consistía en que a Cristo no se le consideraba Dios, sino un mero mensajero o enviado para enseñar a los hombres el valor del espíiritu y el camino de la salvación.
En 1244 un ejército de 30.000 hombres destruyó a los cátaros junto a sus ciudades y pueblos en Francia. Muchos cátaros se hicieron templarios.
La leyenda cuenta que los cátaros custodiaban el Santo Grial, se guardaba en Montsegur y fue salvado del asedio en el último momento. Lo escondieron en una gruta de Monrealp de Sos, en Arieja, cerca de la encomienda templaria de Capo ul et-Junac. El caliz pasó a los templarios a través de los cátaros que se hicieron de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, como se denominaba la verdadera Orden de los Templarios.
Abrazos para tod@s.