Al hilo de las reflexiones de martin Corona y de este comentario de Mozard:
cuando hablamos del fanatismo católico hablamos de los disparates que dicen auténticos indocumentados. Descerebrados siempre hay (si entrais en el foro de
www.catholic.net podréis ver una buena jartá de fanáticos chiflados), pero desde la curia no se verán esos despropósitos. Si tenéis posibilidad de ver algunas actitudes protestantes os aseguro que os sorprenderíais.
A veces los discípulos son más fanáticos que los maestros o como se suele decir: más papistas que el papa.
Lo que comenté antes sobre fanatismos cotidianos es más propio del rebaño que de los pastores.
Cada religión muestra un camino y el modo de interpretarlo depende de cada cual. Hay católicos muy progresistas y otros que viven en las cavernas. Sucede lo mismo en cualquier religión.
A los maestros budistas siempre los he oido decir que se sigan las indicaciones del médico, si el médico decide operar se mostrarán siempre de acuerdo, pero... los discípulos es otra historia. Cada cual se monta las creencias a su manera.
Las religiones indican un camino a seguir, pero los discípulos engordamos nuestro ego con unas creencias en vez de trascenderlo con experiencias.
La diferencia es vital: creencias en magias y supersticiones o experiencia en el conocimiento de uno mismo.
Se ve gente que se dicen seguidores de una religión pero solo cogen de ella lo que reafirma su ego, desechando lo demás. Si creer en la magia les hace sentirse seguros son capaces de creerse disparates.
Un swami me contó hace diez años que uno de sus amigos yoguis murió a causa de un tumor de hígado que se negó a operar.
Admito que quizás sea posible que un Buda o un Cristo fuesen capaces de curar un tumor con su energía. No lo sé, admito esa posibilidad sin afirmarla ni negarla. A saber lo que pasó en aquel entonces hace tantos siglos.
Pero creer que un aprendiz budista o cristiano o yogui se pueda librar de un tumor realineando sus energías me parece un disparate.
Un abrazo
