Aquí lo dedicamos especialmente a Leo1961 y todos los hermanos brasileiros.
"Recado aos maçons" por Cleber Tomás Vianna.
http://www.youtube.com/watch?gl=ES&hl=es&v=_KfR7F5DXus
Cleber Tomás Vianna

Moderadores: Mannaz, joaquimvillalta, danielriveros, Yuguito, ixvilla
Por favor hazlo, sería grandioso.Paparium escribió:Si lo deseais os lo puedo pasar, es fantastico
La información está aquí: http://www.diariovasco.com/20090403/alt ... 90403.htmlLa coral que desde 1996 dirige Iñaki Maidagan ha reunido para la ocasión a todos sus efectivos, tanto activos como retirados, hasta sumar la cifra de 69 cantores entre voces masculinas y femeninas.
El acompañamiento correrá por cuenta de una orquesta constituida ex profeso por 32 músicos vascos de diversa procedencia, profesionales en su práctica totalidad. Esta agrupación, que ni siquiera ha sido bautizada, cuenta también entre sus filas con instrumentistas provenientes de Arrasate Musikal. Concretamente, se trata de un celo, un violín y varios instrumentos de viento.
Los preparativos de este concierto conmemorativo del vigésimo aniversario de Goikobalu empezaron con el inicio de curso en otoño. Los cantores de Iñaki Maidagan, al tiempo que atendían otros varios compromisos, como la inauguración del Camino de Santiago cantando, han dedicado un esfuerzo muy especial a ensayar el Réquiem de Mozart.
Los papeles estelares para tan significativa ocasión han recaído en los solistas Anuska Ezkurra (soprano), Ainhoa Zubillaga (alto), Luis Ignacio Ruiz de Alegría 'Jimy' (tenor) y Jesús Aréjula (barítono).
La Misa de Réquiem en Re menor (KV 626) de Wolfgang Amadeus Mozart, basada en los textos latinos para el acto litúrgico católico ofrecido en las defunciones, ha pasado a la historia por tratarse de una obra inconclusa del genial compositor austríaco, que murió antes de terminarla, en 1791. Un discípulo suyo se encargaría de rematar la obra.
Mozart, obsesionado con la idea de la muerte, debilitado por la enfermedad, muy sensible a lo sobrenatural por su vinculación con la francmasonería, terminó por creer que quien le encargó la obra -el conde Franz von Walsegg, cuya esposa había fallecido- era un mensajero del destino, y que el réquiem que iba a componer sería para su propio funeral.