

Luego de apreciarlo en persona, encontré este informe.
Plaza Matriz, corazón y centro primigenio de aquella lejana ciudad amurallada. En medio de ella está la fuente conmemorativa de la primera instalación del agua corriente, que fuera traída de Italia. Si la observamos con atención, en su parte central se pueden ver tres bajorrelieves ubicados en tres caras: el símbolo masónico de la escuadra y el compás, el de la colmena, y también el más universal y abarcador del Caduceo de Mercurio. No es casual que sean tres, número perfecto del pitagorismo que alude a la creación y a la trinidad cósmica. La escuadra y el compás acompañan el imaginario masónico desde la construcción de las catedrales, cuando la cofradía era práctica –de artesanos y constructores– y no especulativa, como lo fue a partir del siglo XVII. La colmena es una clara metáfora del trabajo cooperativo que procuran realizar los “hijos de la viuda” en sus talleres y logias. Y el Caduceo es nada menos que el cetro transmutador de Hermes, quien sincretizado con el egipcio dios Thot dio paso al mítico Hermes Trismegisto que está en la base del esoterismo occidental.
Hay otros signos interesantes en la fuente, como la presencia de los delfines (mamíferos misteriosos, asociados a las legendarias sirenas y además a los ángeles) ubicados en su entorno. Y también los tres planos en que se estructura, y las gárgolas de las partes más altas que remiten lejanamente a sus parientes góticas.
La cuidad esta llena de símbolos, solo hay que saber mirar.
Saludos.
Pablo