La piedra bruta

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Aurora
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La piedra bruta

Mensaje por Aurora »

La piedra bruta es un símbolo fundamental en la Masonería. Este trazado sobre la piedra bruta está aquí:
http://www.freemasons-freemasonry.com/logiurato.html


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LA PIEDRA BRUTA Y LA MORAL DEL APRENDIZ:

Una reflexión sobre el significado simbólico de la Piedra Bruta, sugiere una estrecha relación con un sistema moral que la Masonería nos enseña en torno a la perfección del hombre, en la búsqueda del desarrollo espiritual y hacia las conductas sociales basadas en valores, el respeto, la fraternidad, la humildad, la tolerancia y los derechos del individuo.

Este sistema moral es representado por la piedra rudimentaria, que desde muy temprano, a nivel de aprendiz, nos estimula a un incesante trabajo en torno a las prácticas y doctrinas masónicas, en un vehemente deseo de buscar la Verdad. De ahí la estrecha relación de sentido entre la Piedra y el Cuarto de Reflexión, negro en su apariencia, donde sobresale la antigua fórmula alquímica y hermética V.I.T.R.I.O.L,: "Visita Interior Terrae, Rectificando Invenies Ocultum Lapidem", (Visita al Interior de la Tierra, Rectificando Descubrirás la Piedra Oculta).

Pero la búsqueda de la Verdad o el descubrimiento de un sentido superior de la vida como respuesta a nuestra propia existencia, sólo es posible por medio de una profunda indagación de nuestros sentimientos y la mejor disposición a un verdadero trabajo interior. Es así cómo el trabajo masónico consiste simbólicamente en perfeccionar la existencia humana, a través de un permanente y sucesivo proceso de transformación. La "piedra bruta" constituye el símbolo del Aprendiz, la "piedra cúbica" simboliza al Compañero y la "piedra cúbica en punta" al Maestro, las cuales en su conjunto, simbolizan el motivo central de la superación permanente y constante en la búsqueda del pensamiento independiente y de la perfección.

Esta atribución de sentido simbólico al moldeamiento de la piedra como unidad de toda construcción, se basa en el trabajo realizado por los antiguos masones operativos, verdaderos albañiles. Los constructores medievales, que erigieron grandes edificaciones y catedrales góticas, adornaron bellamente a Europa, cuya obra se aprecia hasta nuestros días. Organizados en una orden con tradiciones iniciáticas, basados en el estudio del simbolismo, con un sistema conceptual del hombre, de la vida y del universo, eligieron la piedra como el elemento más sencillo y común, para legar la enseñanza más significativa y trascendente: que los hombres son perfectibles.

En las construcciones de Catedrales, la misma comenzaba materialmente cuando la piedra, en su estado más natural, recién cortada de su veta era retirada de la cantera, para ser sometida al trabajo de pulimento que el picapedrero debía realizar, a fin de hacerla útil al plan constructivo a seguir, dándole las debidas dimensiones y formas, además del necesario pulimento. Ello implicaba una habilidad, un conocimiento, un arte y una forma de vida.

Expresiva de esta percepción de la existencia humana, el destacado Poeta y Alquimista Medieval, Clovis Hesteau de Nuycement en su "Poema Filosófico de la Verdad de la Física Mineral" editado en París en 1620, citado por Fulcanelli en el "Misterio de las Catedrales", escribe el siguiente mensaje hermético:

"Ve por este camino, no por otro, te advierto.
Observa solamente las huellas de mi rueda
Y para dar a todo un calor igual,
No subas ni desciendas al cielo y a la tierra
Si demasiado subes, el cielo quemarás;
Si bajas demasiado, destruirás la tierra.
En cambio, si mantienes en medio tu carrera,
el avance es seguido y la ruta más segura".

Los aprendices buscamos y escogemos las piedras que deben ser preparadas para la construcción del templo y debemos empezar a moldearlas y darle forma a golpe de cincel. Ello deberá ser continuo y pausado, con inteligencia y disciplina, con paciencia y dedicación, con una precisa fuerza que, golpe a golpe de cincel, moldee gradualmente las partículas de la piedra hasta desbastarla. Según sea la resistencia de la piedra, el uso de la fuerza deberá estar en equilibrio con el peso y la solidez de las herramientas; el mazo y el cincel.

Es esta alegoría, la que justamente encierra el motivo central de la existencia humana, cuyo escultor es el propio Yo interno de cada uno hacia el logro de la perfección, al fortalecimiento del espíritu, aprender a disciplinar de manera constructiva todas sus facultades, al conocimiento de uno mismo y de las circunstancias que lo rodean. El logro de la perfección, simbolizada en el pulimento de la piedra, consiste en desprenderse de errores, prejuicios, odios, desarmonías e intransigencias, existentes en la vida interna, así como de aquellas derivadas de las relaciones sociales entre los hombres, tales como el "desorden profano", la oscuridad del fanatismo y la barbarie de la intolerancia.

Lograr la trascendencia a un plano más elevado es cumplir con el elemental compromiso humano de mejorar cada día, en todos los aspectos de su existencia, modelando el carácter y el desarrollo de la personalidad, de acuerdo a valores, como el constante progreso, la pasión por la sabiduría, el conocimiento y el repudio de la ignorancia, la virtud, la búsqueda de lo bello como alternativa, así como el amor a sí mismo y a los semejantes.

De acuerdo a esta atribución de sentido simbólico de la "piedra bruta", existe potencialmente en cada persona, en su calidad de protagonista primario de la historia humana y de su propia vida, un estado de perfección inherente, latente en todas sus formas de expresión, la cual es necesaria reconocer, educar y hacer explícita por medio del trabajo, el estudio y de la obra que masónicamente simboliza el desbastamiento de la piedra informe.

Ahora bien, desde nuestra perspectiva de aprendiz masón, es en la "piedra bruta" donde se representa la fortaleza y la moral del Primer Grado, en la actitud para aprender, del esfuerzo y dedicación que en ello se ponga. Este es el principio y el fundamento en que descansa todo progreso, toda vez que se efectúa reconociendo, asimilando y dominando lo aprendido, a pesar de las circunstancias de la vida y de la sociedad en que nos insertamos, con las respectivas experiencias que se deriven de esta relación.

En la historia de la humanidad, han existido distintas formas de concebir la idea del perfeccionamiento y la búsqueda de la felicidad, expresado en el cambio cualitativo, por un lado, en sus relaciones con los demás y por otro, desde la perspectiva del crecimiento espiritual personal. Así, desde el helenismo, el budismo, el cristianismo, el islamismo, el renacimiento y la denominada modernidad, han significado para la historia humana, distintos niveles y formas de interpretar la realidad social, las relaciones entre los hombres y su concepción de lo trascendente.

En la sociedad de hoy, caracterizada por distintas crisis estructurales, económicas, políticas, ideológicas y humanas, se manifiesta directa o indirectamenta, la pérdida de una de las aspiraciones históricas entre los hombres: la búsqueda de la felicidad.

Por el contrario, el conjunto de las crisis han estimulado en la sociedad moderna, el pesimismo, la decadencia de valores, la atracción por lo efímero, el consumismo y la posesión material, el individualismo, el hedonismo y la ausencia de sentimientos de solidaridad y fraternidad. La sociedad actual nos muestra que el interés del individuo apunta al goce inmediato, al usufructo de lo material como camino de la satisfacción espiritual y a las relaciones sociales basadas en la vanidad, la arrogancia, la prepotencia del poder y de la abundancia, precipitando al hombre moderno hacia una constante deshumanización.

En este contexto, la transformación interna del Aprendiz Masón, a través del pulimento simbólico de la piedra bruta, debe crear en su conciencia, la necesidad de superar las condiciones de arrastre de su materialidad pasada y actual, producto de la vida profana. El trabajo de transformación de la piedra bruta, significa simultáneamente para el aprendiz, la transformación de sí mismo en su condición de masón. Simbólicamente muere para nacer a una nueva vida. He ahí su fortaleza moral, en el descubrimiento de su unidad y esencia interna, en la conciencia de su propio ser y la estimulación de sentimientos nobles, lo cual implica un doble proceso psíquico, en permanente equilibrio:

Por un lado, la capacidad intelectual de razonar, de aprender de la experiencia, de reflexionar en torno a ella e interpretarla, en miras a establecer las formas de interacción entre la conciencia y lo externo a ella. Por otro, el conocimiento intuitivo, emocional, en otras palabras, el volcamiento al interior de la conciencia. Esta consiste en la faceta espiritual del pensamiento humano, que facilita acceder a un conocimiento superior, a través de tres etapas, según el filósofo austriaco Rudolf Steiner, en su "Filosofía de la Libertad", a saber: la preparación, que desarrolla el sentido interior; la iluminación que hace brotar la luz espiritual; y la iniciación, que establece el contacto con las altas realidades del espíritu.

Sin embargo, para acceder a un conocimiento espiritual o superior, el aprendiz deberá asimilar y experimentar en su conciencia, el sentimiento de la enseñanza simbólica del pulimento de la piedra bruta, es decir, la devoción, la vida interior y la calma interior. Sólo de esta forma llegan a aflorar en la conciencia del aprendiz, los valores de fraternidad, de caridad y de tolerancia, los cuales nos hará más dignos de nuestra condición de masones.

Por último, mientras más nos acerquemos a nuestro ideal de perfección, seremos más humanos y, paulatinamente, iluminándonos con la luz de nuestros hermanos para desbastar con certeros golpes la piedra bruta, algún día seremos piedras cúbicas, trascendiendo a planos superiores, para satisfacción de nuestros propios retos, para beneficio de la humanidad y para la gloria de la augusta institución Masónica, como escultores de nuestros propios templos y destinos.


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Mannaz
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Mensaje por Mannaz »

Excelente aporte, solo una pequeña matización que me ha realizado un muy querido Maestro Masón.

No es Piedra Bruta, pues la piedra no es bruta ella. El término correcto es Piedra en BRUTO, pues nosotros la pulimos. Los Brutos, si acaso seríamos nosotros mientras no acabamos el pulido, nunca la piedra.

Es algo similar a los diamentes, cuando están sin pulir se denominan diamantes en bruto, no diamantes brutos. Igualmente, cuando somos iniciados tenemos nuestra Piedra en BRUTO, no nuestra piedra BRUTA.


Es un pequeño matiz, pero creo que muy importante.
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Max_Lamb
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Mensaje por Max_Lamb »

:lol:
La puntualización es pertinente aunque inexacta. Me explico.
Q.·.H.·. Mannaz, sin duda te refieres a los tres primeros significados que da la RAE a la palabra "bruto"
1. adj. Necio, incapaz. U. t. c. s.
2. adj. Vicioso, torpe, o excesivamente desarreglado en sus costumbres.
3. adj. Violento, rudo, carente de miramiento y civilidad.
en cuyo caso no te falta razón.
Pero a lo que la Hna Aurora se refiere es a la 4ª acepción de la palabra:
4. adj. Dicho de una cosa: Tosca y sin pulimento.
En cuyo caso hay que decir que la aplicación del adjetivo "bruta" a una piedra pendiente de su desbastado y pulido es del todo correcto.
El adjetivo se aplica a materias sin transformar
"Materia prima bruta" o "en bruto" viene a ser equivalente.
Igual que "ganancias brutas", sin pulir gastos etc, en oposicion a "ganancias netas"
En el caso diamantino que citas es posible que la costumbre haya llevado a tal uso, pero desde luego los tasadores o talladores no son lingüístas.

A partir de la inteesante plancha me viene a la memoria una de las acepciones que los estudiosos atribuyen al origen de la palabra "Francmasón"
En Inglaterra, dicen, en 1359, aparece por vez primera la denominación de francmasón o free-stone-man, es decir, de albañil o cantero que trabaja la piedra de calidad superior utilizada para "acabados finos" (capiteles, esculturas, adornos, etc) en contraposición al rough-stone-mason, que trabajaba la piedra más tosca y dura de la sillería. De modo que el calificativo de free se aplica al tipo de piedra y no al obrero.

Por otro lado pienso, opino, que en realidad la piedra pulida, totalmente cúbica, no es alcanzable ya que cuanto mayor es el conocimiento mayores son también las incógnitas presentadas. De la misma manera que cualquier piedra lisa se ve pulida desde la lejanía y nos va mostrando las imperfecciones al acercarnos, al utilizar instrumentos ópticos de aumento (cultura, conocimiento) se nos muestra y desvela de superficie ruda e inacabada.
Es por ello que el trabajo de los Francmasones verdaderos jamás cesa, ya que en realidad no hacemos otra cosa que pulir una piedra bruta desde que nacemos hasta que pasamos al Oriente Eterno.


Saludos
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blas
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Mensaje por blas »

Muy interesante este trabajo sobre la Piedra en Bruto (o piedra bruta) de un anciano Maestro recuerdo siempre con simpatìa esta historia sobre el espìritu qua anima el Aprendiz \
Cuentan que en la cantera un hombre de la poblaciòn encontrò al joven aprendiz que golpeaba con la maza y el cincel sobre la piedra informe, sus vestidos estaban blanqueados por el polvo que la la piedra se desprendìa, se lo veìa muy concentrado en su labor….. asì el hombre le preguntò pues muchacho que estàs haciendo?
Al que el joven aprendiz suspendiò el trabajo en la piedra y levantando su mirada respondiò : CONSTRUYO UNA CATEDRAL !

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Mensaje por Mannaz »

Max_Lamb escribió::lol:
La puntualización es pertinente aunque inexacta. Me explico.
Q.·.H.·. Mannaz, sin duda te refieres a los tres primeros significados que da la RAE a la palabra "bruto"..............
Lo que yo digo, nunca te acostarás sin saber algo nuevo, y si encima te lo enseñan los maestros pues Miel sobre hojuelas.

Tomo nota de tus palabras justas y perfectas.
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