Obi-Wan escribió:Históricamente, la Masonería en México se ha visto muy afectada desde sus malos inicios. En efecto, los dos ritos principales (Escocés y Yorkino), desde su fundación (uno en 1816 y el otro en 1825), se dedicaron a hacer política partidista, identificándose el Escocés con los orígenes del Partido Conservador (más tarde absorvido por la Alta Clerecía) y el Yorkino con dos ramas del Partido Liberal: el Moderado y el Radical. La enemistad llegó al absurdo (absurdo masónico) de que miembros de ambas corrientes "adoptaron" diversas advocaciones de la Virgen María como sus matronas: los Escoceses, salían en procesión llevando en hombros a la Virgen de la Covadonga (pues su mayoría eran españoles avecindados tras la Independencia) y los Yorkinos, queriendo hacer alarde de nacionalismo, peregrinaban con la Virgen de Guadalupe. Por supuesto que siempre hubo Masones íntegros y honestos. Tal sería el caso de Valentín Gómez Farías, Melchor Ocampo, Guillermo Prieto e Ignacio De la LLave (me refiero a la época pre-juarista).
Pero serían los menos. Llegar a la Presidencia de la República fue una práctica tan común para los masones que se tejió una leyenda negra alrededor de la presidencia, al grado de que aún hoy en día hay quien piensa que TODOS los Presidentes de México han sido Masones. Nada más falso, aunque hay que admitir que dominaron todo el siglo XIX y algunos años del XX.
Cuando Benito Juárez llegó a la Presidnecia, el Partido Conservador estaba en manos del Alto Clero Católico y se estigmatizó a los masones. En parte hubo una enorme culpa de parte de integrantes no-masones del Partido Liberal, pues es sabido que estos asaltaban, sauqeaban y destruían iglesias e imágenes religiosas y "fusilaban" las imágenes de santos que ponían en fila en los atrios. El triunfo de las armas liberales le dió preeminencia a la corriente liberal, aunque la Masonería se "apagó", alejándose ya de toda actividad política, específicamente durante el porfiriato (1876-1911 en términos generales). El mismo Porfirio Díaz fue masón (de noche, porque de día era medio o completamente clerical) y permitió el crecimiento de las logias, aunque ya se trataban de clubes sociales y no de células políticas. Tras el estallido de la Revolución, las logias permanecieron a la expectativa y los Presidentes Masones no dominarían hasta los años 20's, con Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles (1920-1928). Posteriormente, se sabe que por lo menos Lázaro Cárdenas (1934-1940), Miguel Alémán (1946-1952) y Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) pertenecieron a la Orden. Del resto no se sabe o hay datos dudosos que prefiero no mencionar.
Querido hermano, te envio este escrito para tu disfrute, que esta a disposicion publica,
Te mandare mas informacin si lo deseas
MASONERÍA CRISTIANA EN MÉXICO
¿Por qué un Triángulo masónico rectificado en México?
La masonería mexicana, prácticamente desde sus inicios en la primera mitad del siglo XIX, ha estado ligada por vocación propia a los movimientos liberales, que a lo largo de ciento cincuenta años conformaron lo que hoy es la República mexicana, uniéndose indefectiblemente al poder del Estado, no sólo liberal, sino también conservador.
Dada la desastrosa situación económica y política tras la guerra con Estados Unidos y la Guerra de Reforma en la mitad del siglo XIX, los gobiernos liberales de Comonfort, Juárez y Lerdo de Tejada, fortalecieron a la República federal en decrimento de las relaciones con la Iglesia Católica. A pesar de la pública fe católica de la gran mayoría de los masones liberales o conservadores, para la Iglesia, el ataque a sus bienes económicos provenía sin duda de las dañinas ideas y principios de la masonería. Así, a partir de entonces y hasta finales del siglo XX, para la Iglesia Católica en México, el término “gobierno liberal” resultó ser sinónimo de “gobierno de masones”.
Durante el Porfiriato (último tercio del siglo XIX), debido al concordato firmado por el Estado mexicano y el Vaticano, las relaciones entre la masonería y la Iglesia Católica romana se caracterizaron por un respetuo mutuo que, dado el carácter liberal del gobierno, en ningún caso llevó al entendimiento y mucho menos a la reconciliación.
Tras concluir oficialmente la Revolución mexicana en 1920, tendría lugar por alrededor de diez años, la guerra que más sangre costaría a México, la guerra Cristera. La aplicación de la Constitución de 1917, en la que se separaba de manera definitiva y radical a la Iglesia del Estado, materializaba la pérdida de todos los privilegios económicos y políticos de esta última. La masonería liberal mexicana, íntima y mayoritariamente ligada al poder, radicalizó entonces su lectura sobre los principios y orígenes cristianos del simbolismo masónico, laicificando los mismos de modo aún más extremo de lo que muchos años antes lo hiciera el Gran Oriente de Francia. A partir de entonces, y hasta la fecha, la masonería mexicana ha encontrado en la Iglesia católica, y en la práctica religiosa de sus fieles, al enemigo por antonomasia, mismo que desde su punto de vista, la Orden debe combatir para lograr así el progreso social y económico de México y de la humanidad.
Además del Rito Escocés Rectificado que trabaja exclusivamente el Triángulo Santo Grial Nº 6, los otros tres ritos más comunes que encontramos en nuestro país actualmente son el Rito Escocés Antiguo y Aceptado (abrumadoramente mayoritario y con amplias variantes ritualísticas), el Rito Nacional Mexicano, así como el Rito York o del Antiguo Gremio. Ninguno de los tres últimos ritos se autodefinen como propiamente cristianos, sólo el Rito Escocés Rectificado. Vale la pena mencionar que el primer rito cristiano y tradicional en nuestro país fue la versión de masonería mixta del Rito Escocés Primitivo, presente en México desde 2005 a través de la Orden Real de Heredom de Kilwinning. Por otro lado, y enriqueciendo los valores del laicismo que conformarían la identidad oficial de nuestra patria a lo largo de ciento cincuenta años, tanto el Rito Escocés Antiguo y Aceptado como el Rito Nacional Mexicano se han ido desprendiendo de manera consciente de la explicación simbólica cristiana que les dio origen, redefiniendo y readaptando dichos símbolos a una función social y política activa. De este modo, hoy en día, ser masón significa en general ser anticlerical y antirreligioso. Es así como muchos Hermanos, sinceramente católicos, viven su fe dentro de la masonería en la semi clandestinidad, siempre estigmatizados.
Este es justamente el hueco que el Rito Escocés Rectificado viene a llenar en nuestro país. Provenientes de varios ritos comunes en México, conviven en él masones de distintos credos cristianos, que por razones históricas, son en nuestro país mayoritarios, que no únicamente, católicos practicantes. Asumido como un rito masónico estrictamente cristiano, sus trabajos están dedicados “A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo”, trabajos que se materializan a través de una doctrina cristiana inspirada en los padres fundadores de la Iglesia, así como de la revisión constante de los Evangelios y del ritual mismo. Es así como el Rito Escocés Rectificado permite a los Hermanos Masones vivir cotidianamente y sin contradicción su fe, cualquiera que sea su religión dentro de la gran familia cristiana. Aún más, las enseñanzas de Cristo que se obtienen de manera exotérica en la práctica religiosa, se ven fortalecidas e interiorizadas en la práctica iniciática que brinda la masonería, a través de la lectura original —cristiana— de los símbolos que la conforman.
De este modo, el Rito Escocés Rectificado en México no entra en polémica sobre la función de la Iglesia católica en la política, economía y sociedad mexicanas. Creemos que esa discusión pertenece exclusivamente a la conciencia de cada hermano, quien actuará en consecuencia fuera de la logia, como hombre libre que es. Así, el Rito Escocés Rectificado en México se abstiene de hacer declaraciones al respecto, dedicándose exclusivamente al trabajo que sabe hacer, que es fortalecer el camino iniciático de retorno a lo divino a través de una simbología milenaria de origen cristiano. Al respecto, los Hermanos Rectificados sabrán llevar afuera lo aprendido en el Templo.
TAF en Xº Ntro, Sr.
Benedictus16