La Kabbalah no es una enseñanza secreta
Publicado: Mar Mar 26, 2024 10:21 am
El rabino Tzvi Freeman, escribe
"La kabbalah no es una enseñanza secreta. Es la enseñanza de un secreto.
"La enseñanza secreta" significa que estamos tratando de ocultar algo de ti.
"La enseñanza de un secreto" significa que estamos tratando de enseñarte algo, de abrirte y revelar algo oculto.
Ahora, puedes señalar que si el secreto se enseña, ya no es un secreto. Un secreto revelado, al parecer, es un oxímoron.
Eso sería así si estuviéramos discutiendo un secreto artificial, uno que es secreto sólo porque está envuelto en secreto, porque otros no quieren que lo descubras. Los verdaderos secretos, incluso una vez enseñados, explicados, ilustrados, analizados e integrados en tu conciencia, siguen siendo tan misteriosos como antes. No, mucho más misterioso, porque a medida que la isla del conocimiento se expande, también su playa sobre el infinito mar de lo desconocido lo hace.
La vida está llena de tales misterios: ¿Qué es el amor? ¿Qué es la mente? ¿Qué es la vida? ¿Qué es la existencia? ¿Cómo llegan a serlo? ¿De dónde salen? ¿Cuál es tu alma, la persona dentro de tu cuerpo? Experimentas todo esto en cada momento. Ellos son ustedes. Y aún así, cuanto más miras en las profundidades de sus misterios, más profundas se vuelven sus aguas.
El más profundo de todos los secretos son los más conocidos por todos, aquel que aprendemos como niños pequeños, damos por sentado el resto de nuestras vidas, vivimos con ellos diariamente y sin embargo nunca logramos desentrañar o comprenderlos con nuestra mente cognitiva.
La existencia. Las cosas son. Existo. Estoy vivo. La vida no es muerte. La oscuridad no es luz. Hay aquello que es más grande que yo.
La Kabbalah se sumerge en estos secretos y saca sus profundidades a la luz. Proporciona metáforas, parábolas, comprensión. Hace brillar la luz y abre nuestros ojos. Nos inspira y nos guía a usar esta sabiduría para sanar y crecer en la vida cotidiana. Es por eso que la experiencia de aprender Kabbalah es una de "¡Sí! ¡Sabía esa verdad todo el tiempo! ¡Mi corazón lo sabía, pero mi boca no podía hablarlo! Las verdades de la Kabbalah pertenecen a cada ser sintiente.
Sin embargo, sobre todo, la Kabbalah proporciona una sensación del más allá; el conocimiento de lo que no se puede conocer, la sabiduría del misterio, la comprensión que no entendemos. La Kabbalah es el conocimiento de la maravilla."
De lo leido se pueden aprender muchas cosas; pero una cosa que debes saber es que nadie puede realmente enseñarte Kabbalah, una lección explicada por un rabino puede tener sentido para un oyente y no tener sentido alguno para otro. La Kabbalah es un ser vivo en si mismo y se protege celosamente. La Kabbalah se muestra a quien está preparado y se muestra digno de ella. Es por ello que nadie que realmente sepa kabbalah te dirá que aprenderás en un año, o dos o cinco, porque el mismo está incapacitado para saberlo. La propia Kabbalah marcará su tiempo, te dará lo que crea que mereces y, sobre todo, te probará cada día, en cada momento, para decidir si mereces o no más conocimiento.
Pero te daré un gran secreto que, por lo leido, ya deduces que de nada te sirve pues podrás o no hacerlo según tu avance y modo de ser: La kabbalah no es recibir, es dar. El secreto más grande de todo el universo es que para recibir primero hay que dar, la pregunta ahora es: ¿dar qué? ahí está el secreto que debes comprender.
"La kabbalah no es una enseñanza secreta. Es la enseñanza de un secreto.
"La enseñanza secreta" significa que estamos tratando de ocultar algo de ti.
"La enseñanza de un secreto" significa que estamos tratando de enseñarte algo, de abrirte y revelar algo oculto.
Ahora, puedes señalar que si el secreto se enseña, ya no es un secreto. Un secreto revelado, al parecer, es un oxímoron.
Eso sería así si estuviéramos discutiendo un secreto artificial, uno que es secreto sólo porque está envuelto en secreto, porque otros no quieren que lo descubras. Los verdaderos secretos, incluso una vez enseñados, explicados, ilustrados, analizados e integrados en tu conciencia, siguen siendo tan misteriosos como antes. No, mucho más misterioso, porque a medida que la isla del conocimiento se expande, también su playa sobre el infinito mar de lo desconocido lo hace.
La vida está llena de tales misterios: ¿Qué es el amor? ¿Qué es la mente? ¿Qué es la vida? ¿Qué es la existencia? ¿Cómo llegan a serlo? ¿De dónde salen? ¿Cuál es tu alma, la persona dentro de tu cuerpo? Experimentas todo esto en cada momento. Ellos son ustedes. Y aún así, cuanto más miras en las profundidades de sus misterios, más profundas se vuelven sus aguas.
El más profundo de todos los secretos son los más conocidos por todos, aquel que aprendemos como niños pequeños, damos por sentado el resto de nuestras vidas, vivimos con ellos diariamente y sin embargo nunca logramos desentrañar o comprenderlos con nuestra mente cognitiva.
La existencia. Las cosas son. Existo. Estoy vivo. La vida no es muerte. La oscuridad no es luz. Hay aquello que es más grande que yo.
La Kabbalah se sumerge en estos secretos y saca sus profundidades a la luz. Proporciona metáforas, parábolas, comprensión. Hace brillar la luz y abre nuestros ojos. Nos inspira y nos guía a usar esta sabiduría para sanar y crecer en la vida cotidiana. Es por eso que la experiencia de aprender Kabbalah es una de "¡Sí! ¡Sabía esa verdad todo el tiempo! ¡Mi corazón lo sabía, pero mi boca no podía hablarlo! Las verdades de la Kabbalah pertenecen a cada ser sintiente.
Sin embargo, sobre todo, la Kabbalah proporciona una sensación del más allá; el conocimiento de lo que no se puede conocer, la sabiduría del misterio, la comprensión que no entendemos. La Kabbalah es el conocimiento de la maravilla."
De lo leido se pueden aprender muchas cosas; pero una cosa que debes saber es que nadie puede realmente enseñarte Kabbalah, una lección explicada por un rabino puede tener sentido para un oyente y no tener sentido alguno para otro. La Kabbalah es un ser vivo en si mismo y se protege celosamente. La Kabbalah se muestra a quien está preparado y se muestra digno de ella. Es por ello que nadie que realmente sepa kabbalah te dirá que aprenderás en un año, o dos o cinco, porque el mismo está incapacitado para saberlo. La propia Kabbalah marcará su tiempo, te dará lo que crea que mereces y, sobre todo, te probará cada día, en cada momento, para decidir si mereces o no más conocimiento.
Pero te daré un gran secreto que, por lo leido, ya deduces que de nada te sirve pues podrás o no hacerlo según tu avance y modo de ser: La kabbalah no es recibir, es dar. El secreto más grande de todo el universo es que para recibir primero hay que dar, la pregunta ahora es: ¿dar qué? ahí está el secreto que debes comprender.