Lisandro de la Torre
Publicado: Vie Jul 15, 2011 3:20 am
Uno de los motivos que me inspiraron a ingresar en la masonería fue el que en algún momento me di cuenta que todos los personajes tanto históricos como contemporaneos por los cuales sentía una profunda admiración eran masones. Me preguntaba, si ellos eran masones, pues entonces la masonería no puede ser tan mala como se dice, si estas personas llegaron a ser lo que fueron, seguramente fue mediante el crecimiento espiritual que la masonería le brindó y le permitió ser mejores personas.
De entre todas las personalidades que despertaron mi admiración siempre estuvo la figura de una, el Dr. Lisandro de la Torre, un político argentino por el cual siento un profundo respeto a su trayectoria y sus valores, valores que muchos políticos de la actualidad deberían seguir. Dejo parte de su biografía para que puedan conocer mejor quien fué.
Biografía Resumida
Lisandro Nicolás de La Torre (1868-1939). Político, abogado y masón.

Distinguido dirigente político argentino, fundador del Partido Demócrata Progresista. Doctorado en jurisprudencia, siguió por un tiempo la carrera de la medicina que no terminó, absorbido por las actividades políticas. Actuó junto a eminentes masones como Alem, del Valle, Castellanos, Barroetaveña, formando en las filas de la Unión Cívica Radical y colaborando en "El Argentino". Al año de desaparecer Alem se separa del partido radical y en 1908 funda con el doctor Söhle la "Liga del Sud" que en 1914 dio origen al partido Demócrata Progresista que presidió hasta su muerte. Por dicho partido fue electo en varios períodos diputado nacional y en 1932 senador nacional, participando de memorables debates. Especializóse en cuestiones financieras , agrícolas y sociales. Hombre de una rectitud extraordinaria, durante toda su vida fue decidido defensor de los principios liberales. Hijo de don Lisandro de La Torre, miembro de la Logia Unión y amistad Nº 10 de San Nicolás de los Arroyos, fue también masón, siendo iniciado en la Logia La Luz Nº 114 el 29/8/1892. Colaboró en la revista masónica "La Luz", órgano de la referida Logia, que se publicaba en la ciudad de Rosario. El 2/10/1922 el Supremo Consejo lo felicitó por su iniciativa de reforma de la Consitución de la provincia de Santa Fe.
Fuente: Alcibíades Lappas, La masonería argentina a través de sus hombres, Buenos Aires, 1958, 1966, 2000.
Texto extraido de http://mauriciocamposmasoneria.blogspot ... re-el.html
Este texto resume su personalidad y sus ideales.
Don Lisandro de la Torre.
El olvidado "fiscal de la Nación".
Por Eduardo Rodriguez Leirado
En la Argentina del siglo XXI bien vale la pena recordar la historia de un joven abogado, nieto de vascos, proveniente de la ciudad de Rosario en la provincia de Santa Fe. En su tiempo le tocó en suerte ser uno de los máximos referentes de la lucha de este país contra la corrupción, el autoritarismo, el clericalismo como factor de poder y los sucios negociados entre los gobiernos de turno y los grupos económicos internacionales. Don Lisandro de la Torre, abogado, productor agropecuario, político, filósofo, escritor, diputado, senador y frustrado candidato a gobernador y presidente de un país que, insólitamente, supo darse el lujo de enviar al ostracismo histórico a un verdadero hombre ético, ejemplo de conducta cívica, más allá de la comunión con su pensamiento e ideario.
Aquel tórrido verano, unido a la espartana austeridad y decrepitud del viejo departamento arrendado, había terminado por hacer mella en aquel venerable hombre, golpeado por los fracasos políticos, sus frustradas revoluciones, los negociados impunes por él descubiertos, las inequidades que no pudo vencer, las presiones económicas y el fraude electoral. La sombra de su viejo camarada y maestro, el doctor Leandro Alem, máximo referente de aquel incipiente Partido Radical, que se quitara la vida en 1896, se agitó en las penumbras de su cuarto. Había terminado con la correspondencia dirigida a sus entrañables colegas y compañeros de lucha partidaria de su partido Demócrata Progresista: hasta allí reveló su constante y probada amistad, por una parte, y su finisecular ateísmo y anticlericalismo que tantos enemigos y disgustos le deparara. Aquella última carta, sería sorprendentemente el último acto público y político de su dilatada vida. Ya se había despedido de dos amigos que lo habían visitado unos momentos antes: un viejo conocido de Rosario, que abrazó efusivamente, y el doctor Díaz Arana, con quien intercambió algunas palabras respecto del último discurso del presidente norteamericano Roosvelt.
Recordó que le quedaban aún en su billetera unos últimos pesos, los cuales metió en un sobre junto a una nota para que Clotilde, su mujer de servicio, le llevara a la casa de un amigo. Todo estaba arreglado. Ya estaba sobre el mediodía y el calor era intenso. Cerró las ventanas de donde venían los ruidos bulliciosos de la calle y la puerta de su despacho. Un detalle le sorprendió y era que el almanaque tenía la fecha del día anterior. Arrancó entonces el papel del taco apareciendo el correspondiente al día 5 de enero de 1939, el último de su vida. Sentado en el sillón, tomó su revólver y lo encañonó directo a su corazón. Habría recordado, quizás, a sus viejos maestros como Alem y Del Valle, a su compañero de banca Enzo Bordabehere, a su entrañable y perdido campo de las Pinas en Córdoba, donde tantas ilusiones había fundado. Solo Dios, aquel en quien no creía, podría afirmarlo. Apretó con firmeza el gatillo de su arma y destrozó su corazón.
Se suicidó así, en ese departamento del segundo piso de la calle Esmeralda 22 de Buenos Aires, uno de los hombres emblemáticos de la democracia argentina que no pudo ser. Se perdía en la historia la figura del doctor Nicolás Lisandro de la Torre, el gran "Fiscal de la Nación", un verdadero ejemplo de lucha política y cívica, tan devaluada en la Argentina de principios del siglo XXI, vacía de Justicia y plena de conductas miserables por parte de una dirigencia que no termina de tomar conciencia que, sus acciones individuales amorales, terminan inexorablemente afectando la vida normal de los ciudadanos y el destino de las generaciones por venir...
Luego de este texto viene su extensa biografía. Quienes estén interesados en leerla, puede consultarla en http://www.almargen.com.ar/sitio/seccio ... delatorre/
De entre todas las personalidades que despertaron mi admiración siempre estuvo la figura de una, el Dr. Lisandro de la Torre, un político argentino por el cual siento un profundo respeto a su trayectoria y sus valores, valores que muchos políticos de la actualidad deberían seguir. Dejo parte de su biografía para que puedan conocer mejor quien fué.
Biografía Resumida
Lisandro Nicolás de La Torre (1868-1939). Político, abogado y masón.

Distinguido dirigente político argentino, fundador del Partido Demócrata Progresista. Doctorado en jurisprudencia, siguió por un tiempo la carrera de la medicina que no terminó, absorbido por las actividades políticas. Actuó junto a eminentes masones como Alem, del Valle, Castellanos, Barroetaveña, formando en las filas de la Unión Cívica Radical y colaborando en "El Argentino". Al año de desaparecer Alem se separa del partido radical y en 1908 funda con el doctor Söhle la "Liga del Sud" que en 1914 dio origen al partido Demócrata Progresista que presidió hasta su muerte. Por dicho partido fue electo en varios períodos diputado nacional y en 1932 senador nacional, participando de memorables debates. Especializóse en cuestiones financieras , agrícolas y sociales. Hombre de una rectitud extraordinaria, durante toda su vida fue decidido defensor de los principios liberales. Hijo de don Lisandro de La Torre, miembro de la Logia Unión y amistad Nº 10 de San Nicolás de los Arroyos, fue también masón, siendo iniciado en la Logia La Luz Nº 114 el 29/8/1892. Colaboró en la revista masónica "La Luz", órgano de la referida Logia, que se publicaba en la ciudad de Rosario. El 2/10/1922 el Supremo Consejo lo felicitó por su iniciativa de reforma de la Consitución de la provincia de Santa Fe.
Fuente: Alcibíades Lappas, La masonería argentina a través de sus hombres, Buenos Aires, 1958, 1966, 2000.
Texto extraido de http://mauriciocamposmasoneria.blogspot ... re-el.html
Este texto resume su personalidad y sus ideales.
Don Lisandro de la Torre.
El olvidado "fiscal de la Nación".
Por Eduardo Rodriguez Leirado
En la Argentina del siglo XXI bien vale la pena recordar la historia de un joven abogado, nieto de vascos, proveniente de la ciudad de Rosario en la provincia de Santa Fe. En su tiempo le tocó en suerte ser uno de los máximos referentes de la lucha de este país contra la corrupción, el autoritarismo, el clericalismo como factor de poder y los sucios negociados entre los gobiernos de turno y los grupos económicos internacionales. Don Lisandro de la Torre, abogado, productor agropecuario, político, filósofo, escritor, diputado, senador y frustrado candidato a gobernador y presidente de un país que, insólitamente, supo darse el lujo de enviar al ostracismo histórico a un verdadero hombre ético, ejemplo de conducta cívica, más allá de la comunión con su pensamiento e ideario.
Aquel tórrido verano, unido a la espartana austeridad y decrepitud del viejo departamento arrendado, había terminado por hacer mella en aquel venerable hombre, golpeado por los fracasos políticos, sus frustradas revoluciones, los negociados impunes por él descubiertos, las inequidades que no pudo vencer, las presiones económicas y el fraude electoral. La sombra de su viejo camarada y maestro, el doctor Leandro Alem, máximo referente de aquel incipiente Partido Radical, que se quitara la vida en 1896, se agitó en las penumbras de su cuarto. Había terminado con la correspondencia dirigida a sus entrañables colegas y compañeros de lucha partidaria de su partido Demócrata Progresista: hasta allí reveló su constante y probada amistad, por una parte, y su finisecular ateísmo y anticlericalismo que tantos enemigos y disgustos le deparara. Aquella última carta, sería sorprendentemente el último acto público y político de su dilatada vida. Ya se había despedido de dos amigos que lo habían visitado unos momentos antes: un viejo conocido de Rosario, que abrazó efusivamente, y el doctor Díaz Arana, con quien intercambió algunas palabras respecto del último discurso del presidente norteamericano Roosvelt.
Recordó que le quedaban aún en su billetera unos últimos pesos, los cuales metió en un sobre junto a una nota para que Clotilde, su mujer de servicio, le llevara a la casa de un amigo. Todo estaba arreglado. Ya estaba sobre el mediodía y el calor era intenso. Cerró las ventanas de donde venían los ruidos bulliciosos de la calle y la puerta de su despacho. Un detalle le sorprendió y era que el almanaque tenía la fecha del día anterior. Arrancó entonces el papel del taco apareciendo el correspondiente al día 5 de enero de 1939, el último de su vida. Sentado en el sillón, tomó su revólver y lo encañonó directo a su corazón. Habría recordado, quizás, a sus viejos maestros como Alem y Del Valle, a su compañero de banca Enzo Bordabehere, a su entrañable y perdido campo de las Pinas en Córdoba, donde tantas ilusiones había fundado. Solo Dios, aquel en quien no creía, podría afirmarlo. Apretó con firmeza el gatillo de su arma y destrozó su corazón.
Se suicidó así, en ese departamento del segundo piso de la calle Esmeralda 22 de Buenos Aires, uno de los hombres emblemáticos de la democracia argentina que no pudo ser. Se perdía en la historia la figura del doctor Nicolás Lisandro de la Torre, el gran "Fiscal de la Nación", un verdadero ejemplo de lucha política y cívica, tan devaluada en la Argentina de principios del siglo XXI, vacía de Justicia y plena de conductas miserables por parte de una dirigencia que no termina de tomar conciencia que, sus acciones individuales amorales, terminan inexorablemente afectando la vida normal de los ciudadanos y el destino de las generaciones por venir...
Luego de este texto viene su extensa biografía. Quienes estén interesados en leerla, puede consultarla en http://www.almargen.com.ar/sitio/seccio ... delatorre/