Sobre Benito Pablo Juárez García
Publicado: Mar Jul 18, 2006 11:40 am
El 18 de julio de 1872, en sus sobrias habitaciones del ala norte del Palacio Nacional, murió de angina de pecho el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, aquel caudillo civil que en vida se había convertido en el símbolo de la defensa de las instituciones republicanas y el estado de derecho fundados en la Constitución de 1857; y de la defensa de la soberanía mexicana frente a la agresión extranjera.
Nacido en San Pablo Guelatao, Oaxaca, en 1806, Benito Juárez es uno de los hombres públicos mexicanos de mayor estatura mítica, defendido por unos y criticado por otros. El mito inicia con la humilde infancia del pastor de raza zapoteca que, gracias a su constancia, pudo estudiar hasta titularse de abogado en 1834, involucrándose entonces en la de su estado natal, misma que fue escalando poco a poco hasta convertirse en gobernador de 1847 a 1852. Un año después, como otros políticos liberales entre los que se contaban Melchor Ocampo y Ponciano Arriaga, fue desterrado del país por la dictadura de Santa Anna.
Cuando Santa Anna fue depuesto por la rebelión liberal de Ayutla, que llevó al poder al caudillo insurgente Juan Álvarez; Juárez fue nombrado ministro de Justicia, cargo desde el cual redactó la Ley sobre Administración de Justicia o Ley Juárez, una de las disposiciones que abrieron el camino a la Constitución de 1857, que convirtió en ley suprema los ideales del liberalismo.
La nueva Constitución Federal fue repudiada por los conservadores y el presidente Ignacio Comonfort terminó por desconocerla, tratando de evitar una guerra civil. Juárez, que entonces era presidente de la Suprema Corte, asumió la presidencia por mandato constitucional y fue el jefe de los liberales en una sangrienta guerra que duró de 1858 a 1860, durante la cual Juárez expidió las Leyes de Reforma, que completaban la Constitución.
No bien triunfó el partido liberal, el gobierno de Juárez empezó a tener conflictos con varias potencias europeas, que condujeron a una intervención francesa en nuestro territorio, iniciada en 1862. Los soldados franceses, aliados con los conservadores mexicanos, intentaron hacer de México un imperio, pero la resistencia de amplios sectores del pueblo mexicano, que veían en Benito Juárez a su jefe, terminó con ese intento en 1867, cuando, luego de la retirada de los franceses, el efímero emperador fue derrotado y fusilado. Durante los cinco años siguientes, Juárez gobernó como presidente constitucional, hasta su muerte, dedicado a consolidar la paz arduamente conquistada y a hacer efectivos los principios del liberalismo, que sostuvo con tan ejemplar tenacidad.
Benito Juárez ha sido considerado uno de los personajes más significativos y sobresalientes de la historia nacional. Fue el prócer que conformó a México como nación independiente y liberal, garantizando su soberanía y fortaleciendo su identidad. Justo Sierra lo definió con las siguientes palabras: “la fortuna para el programa reformista consistió en estar encarnado en un hombre que todos veían como la expresión auténtica y única de la ley.
Nacido en San Pablo Guelatao, Oaxaca, en 1806, Benito Juárez es uno de los hombres públicos mexicanos de mayor estatura mítica, defendido por unos y criticado por otros. El mito inicia con la humilde infancia del pastor de raza zapoteca que, gracias a su constancia, pudo estudiar hasta titularse de abogado en 1834, involucrándose entonces en la de su estado natal, misma que fue escalando poco a poco hasta convertirse en gobernador de 1847 a 1852. Un año después, como otros políticos liberales entre los que se contaban Melchor Ocampo y Ponciano Arriaga, fue desterrado del país por la dictadura de Santa Anna.
Cuando Santa Anna fue depuesto por la rebelión liberal de Ayutla, que llevó al poder al caudillo insurgente Juan Álvarez; Juárez fue nombrado ministro de Justicia, cargo desde el cual redactó la Ley sobre Administración de Justicia o Ley Juárez, una de las disposiciones que abrieron el camino a la Constitución de 1857, que convirtió en ley suprema los ideales del liberalismo.
La nueva Constitución Federal fue repudiada por los conservadores y el presidente Ignacio Comonfort terminó por desconocerla, tratando de evitar una guerra civil. Juárez, que entonces era presidente de la Suprema Corte, asumió la presidencia por mandato constitucional y fue el jefe de los liberales en una sangrienta guerra que duró de 1858 a 1860, durante la cual Juárez expidió las Leyes de Reforma, que completaban la Constitución.
No bien triunfó el partido liberal, el gobierno de Juárez empezó a tener conflictos con varias potencias europeas, que condujeron a una intervención francesa en nuestro territorio, iniciada en 1862. Los soldados franceses, aliados con los conservadores mexicanos, intentaron hacer de México un imperio, pero la resistencia de amplios sectores del pueblo mexicano, que veían en Benito Juárez a su jefe, terminó con ese intento en 1867, cuando, luego de la retirada de los franceses, el efímero emperador fue derrotado y fusilado. Durante los cinco años siguientes, Juárez gobernó como presidente constitucional, hasta su muerte, dedicado a consolidar la paz arduamente conquistada y a hacer efectivos los principios del liberalismo, que sostuvo con tan ejemplar tenacidad.
Benito Juárez ha sido considerado uno de los personajes más significativos y sobresalientes de la historia nacional. Fue el prócer que conformó a México como nación independiente y liberal, garantizando su soberanía y fortaleciendo su identidad. Justo Sierra lo definió con las siguientes palabras: “la fortuna para el programa reformista consistió en estar encarnado en un hombre que todos veían como la expresión auténtica y única de la ley.