Del sentimiento trágico del Masón
Publicado: Mar Abr 28, 2009 3:21 pm
A L:. G:. D:. G:. A:. D:. U:.
S:. F:. U:.
Del sentimiento trágico del Masón
Existieron hombres que plasmaron un credo en los documentos fundadores que declararon el destino de las naciones: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Existieron hombres abanderados por la revolución de las ideas, cuyas armas eran las causas y su fin último, la libertad de los pueblos.
Hombres que aun en las sociedades más conservadores disintieron del dogma y de los opresores y como el alma más humilde, con infinito amor, ilustraron los ojos del ignorante cegado ante los principios y estipulaciones inamovibles e irrefutables de los fanáticos.
Hombres que protestaron ante la injusticia y aun con su llanto ahogado lanzaron gritos desesperados de libertad y su cabeza, aún rodando entre la tierra, vociferaba la igualdad entre los mortales.
Existieron hombres que alimentaron al desvalido con los principios del pensamiento liberal, instruyéndole en la construcción del templo de la virtud, convirtiéndose así en el más bello de los ejemplos.
Hombres que amaron a su patria y a los héroes que la forjaron, predicando el valor incomparable de la libertad y el derecho de luchar incansablemente por tan cuantioso atributo inherente a la condición de los humanos.
Ellos fueron los Masones, los verdaderos Masones, que jamás han de morir pues su alma inmortal se ha convertido en el peso de una ética que nos impulsa y nos recuerda nuestras obligaciones dentro de este bello camino iniciático. Y son inmortales aunque su cuerpo se pulverizó, pues murieron por sus ideas y morir por la idea no es morir, sino renacer a la inmortalidad.
Y nosotros HH:. ¿Somos Masones? ¿Seremos acaso el hombre de los responsables, el enemigo de las pasiones y el enamorado de la razón? ¿Somos gladiadores de la verdad y dignos depositarios de la Gran Luz? No! QQ:. HH:. No lo somos! Y es que pareciera que la Masonería de nuestros días enfrenta un proceso de apatía, de letargo, de pereza y vanas pretensiones. Pareciera que nuestros enemigos naturales se inmiscuyen en nuestros Templos e hipócritamente les llamamos HH:., aun cuando no hacemos siquiera una reflexión sobre la naturaleza de dicha palabra, al contrario, lo decimos como autómatas, sumisos al compromiso de aceptarlo porque se ha iniciado en nuestra Augusta Institución y le debemos el respeto natural que a los Masones nos distingue. No QQ:. HH:.! La hipocresía no tiene lugar en este recinto consagrado a la virtud y más aún, entre los Masones. Son precisamente esos HH:. los que han desvirtuado el concepto de la Orden en nuestros días, son también aquellos HH:. a los que incansablemente justificamos su inasistencia a nuestras reuniones por causa de su trabajo profano los que mantienen anémicas a las Logias, en las que apenas si pueden ocuparse los Tronos necesarios para poder abrir nuestros Trabajos.
Pareciera que juramos el más solemne de los juramentos sin intención o compromiso alguno y únicamente como parte de un protocolo para poder retirarnos en paz de nuestro Templo, pareciera que nuestra palabra de honor, que va implícita en los juramentos, no tuviera valor real y la empeñamos con el objeto de aparentar solemnidad en las Tenidas. No QQ:. HH:.! eso no es Masonería y con esos defectos no somos virtuosos y por tanto, no somos Masones.
¿Qué cosa fuera HH:. si practicáramos la Masonería? Si por un momento nos deslindáramos de los Landmarks y sus estipulaciones que en ocasiones parecieran contrariar los ideales que pretendemos al coartar la posibilidad de ingreso a muchos, incluso a aquellos que por obra de la naturaleza -a la cual estamos obligados a contemplar- carecen de un miembro en su cuerpo o bien, aquellos que piensan, que sienten y que aman como nosotros pero su tez, su color de piel, es oscura.
Imaginemos QQ:. HH:. qué bello sería ser Masones amantes de la humanidad y de nuestros HH:. sin importarnos si pertenecen a una jurisdicción determinada, pero que sienten fervor y pasión por los principios de la Orden y no por las políticas de uno u otro Consejo regular o irregular.
¿Qué cosa fuera HH:. si aceptáramos a la mujer como nuestro igual? Sin restricciones, sin prohibiciones, sin el dogma de su imposibilidad en el ingreso a nuestra Institución. Los Masones velan por el progreso y sería una contradicción que aun en el siglo XXI cuando ellas conforman la mitad, y la mitad más importante de la humanidad, le neguemos el acceso a nuestros Templos porque así se estipuló hace ya más de 3 siglos. QQ:. HH:. ¿es ese nuestro progreso?
Imaginemos QQ:. HH:. si por un momento el sentimiento trágico que nos invade y nos hace tomar conciencia de que no somos lo que deberíamos ser, fuera sustituido por la satisfacción de obrar correctamente y de que en realidad pertenecemos al gremio de los albañiles que edifican templos a la virtud y cavan pozos sin fondo al vicio, de aquel gremio en el que se respetan las ideas de nuestros semejantes pero jamás se doblega la cerviz ante la fusta de ningún tirano, pues las rodillas del Masón sólo han de doblarse ante el Altísimo, jamás ante los hombres.
Lo que es una realidad, es que el rumbo de la Masonería nos pertenece y denigrarla o enaltecerla será la consecuencia de nuestro actuar. La Masonería es endógena y subiste por sí misma, lo único que podemos retribuirle a cambio de todas sus enseñanzas es conservar su dignidad, pues somos nosotros como iniciados los depositarios de la misma.
Recordemos que la Masonería más pura, más bella y más virtuosa no es la que se consagró en los Landmarks hace ya varios siglos, sino aquella que encarna los más hermosos y universales valores que pocos se ocupan de practicar. Nuestra Orden requiere mucho más de pocos HH:. pero librespensadores y verdaderamente virtuosos que una gran conglomeración de hombres pero cerrados y obedientes del dogma... esos no son Masones, son autómatas.
No pido mucho QQ:. HH:., únicamente que seamos Masones… si no es así, ¿Qué hacemos sentados en nuestros Templos?
Es cuanto.
Fraternalmente:
Q:. H:. Martín Alejandro Madrigal Ríos
M:. M:.
Or:. de Saltillo, Coahuila, México
S:. F:. U:.
Del sentimiento trágico del Masón
Existieron hombres que plasmaron un credo en los documentos fundadores que declararon el destino de las naciones: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Existieron hombres abanderados por la revolución de las ideas, cuyas armas eran las causas y su fin último, la libertad de los pueblos.
Hombres que aun en las sociedades más conservadores disintieron del dogma y de los opresores y como el alma más humilde, con infinito amor, ilustraron los ojos del ignorante cegado ante los principios y estipulaciones inamovibles e irrefutables de los fanáticos.
Hombres que protestaron ante la injusticia y aun con su llanto ahogado lanzaron gritos desesperados de libertad y su cabeza, aún rodando entre la tierra, vociferaba la igualdad entre los mortales.
Existieron hombres que alimentaron al desvalido con los principios del pensamiento liberal, instruyéndole en la construcción del templo de la virtud, convirtiéndose así en el más bello de los ejemplos.
Hombres que amaron a su patria y a los héroes que la forjaron, predicando el valor incomparable de la libertad y el derecho de luchar incansablemente por tan cuantioso atributo inherente a la condición de los humanos.
Ellos fueron los Masones, los verdaderos Masones, que jamás han de morir pues su alma inmortal se ha convertido en el peso de una ética que nos impulsa y nos recuerda nuestras obligaciones dentro de este bello camino iniciático. Y son inmortales aunque su cuerpo se pulverizó, pues murieron por sus ideas y morir por la idea no es morir, sino renacer a la inmortalidad.
Y nosotros HH:. ¿Somos Masones? ¿Seremos acaso el hombre de los responsables, el enemigo de las pasiones y el enamorado de la razón? ¿Somos gladiadores de la verdad y dignos depositarios de la Gran Luz? No! QQ:. HH:. No lo somos! Y es que pareciera que la Masonería de nuestros días enfrenta un proceso de apatía, de letargo, de pereza y vanas pretensiones. Pareciera que nuestros enemigos naturales se inmiscuyen en nuestros Templos e hipócritamente les llamamos HH:., aun cuando no hacemos siquiera una reflexión sobre la naturaleza de dicha palabra, al contrario, lo decimos como autómatas, sumisos al compromiso de aceptarlo porque se ha iniciado en nuestra Augusta Institución y le debemos el respeto natural que a los Masones nos distingue. No QQ:. HH:.! La hipocresía no tiene lugar en este recinto consagrado a la virtud y más aún, entre los Masones. Son precisamente esos HH:. los que han desvirtuado el concepto de la Orden en nuestros días, son también aquellos HH:. a los que incansablemente justificamos su inasistencia a nuestras reuniones por causa de su trabajo profano los que mantienen anémicas a las Logias, en las que apenas si pueden ocuparse los Tronos necesarios para poder abrir nuestros Trabajos.
Pareciera que juramos el más solemne de los juramentos sin intención o compromiso alguno y únicamente como parte de un protocolo para poder retirarnos en paz de nuestro Templo, pareciera que nuestra palabra de honor, que va implícita en los juramentos, no tuviera valor real y la empeñamos con el objeto de aparentar solemnidad en las Tenidas. No QQ:. HH:.! eso no es Masonería y con esos defectos no somos virtuosos y por tanto, no somos Masones.
¿Qué cosa fuera HH:. si practicáramos la Masonería? Si por un momento nos deslindáramos de los Landmarks y sus estipulaciones que en ocasiones parecieran contrariar los ideales que pretendemos al coartar la posibilidad de ingreso a muchos, incluso a aquellos que por obra de la naturaleza -a la cual estamos obligados a contemplar- carecen de un miembro en su cuerpo o bien, aquellos que piensan, que sienten y que aman como nosotros pero su tez, su color de piel, es oscura.
Imaginemos QQ:. HH:. qué bello sería ser Masones amantes de la humanidad y de nuestros HH:. sin importarnos si pertenecen a una jurisdicción determinada, pero que sienten fervor y pasión por los principios de la Orden y no por las políticas de uno u otro Consejo regular o irregular.
¿Qué cosa fuera HH:. si aceptáramos a la mujer como nuestro igual? Sin restricciones, sin prohibiciones, sin el dogma de su imposibilidad en el ingreso a nuestra Institución. Los Masones velan por el progreso y sería una contradicción que aun en el siglo XXI cuando ellas conforman la mitad, y la mitad más importante de la humanidad, le neguemos el acceso a nuestros Templos porque así se estipuló hace ya más de 3 siglos. QQ:. HH:. ¿es ese nuestro progreso?
Imaginemos QQ:. HH:. si por un momento el sentimiento trágico que nos invade y nos hace tomar conciencia de que no somos lo que deberíamos ser, fuera sustituido por la satisfacción de obrar correctamente y de que en realidad pertenecemos al gremio de los albañiles que edifican templos a la virtud y cavan pozos sin fondo al vicio, de aquel gremio en el que se respetan las ideas de nuestros semejantes pero jamás se doblega la cerviz ante la fusta de ningún tirano, pues las rodillas del Masón sólo han de doblarse ante el Altísimo, jamás ante los hombres.
Lo que es una realidad, es que el rumbo de la Masonería nos pertenece y denigrarla o enaltecerla será la consecuencia de nuestro actuar. La Masonería es endógena y subiste por sí misma, lo único que podemos retribuirle a cambio de todas sus enseñanzas es conservar su dignidad, pues somos nosotros como iniciados los depositarios de la misma.
Recordemos que la Masonería más pura, más bella y más virtuosa no es la que se consagró en los Landmarks hace ya varios siglos, sino aquella que encarna los más hermosos y universales valores que pocos se ocupan de practicar. Nuestra Orden requiere mucho más de pocos HH:. pero librespensadores y verdaderamente virtuosos que una gran conglomeración de hombres pero cerrados y obedientes del dogma... esos no son Masones, son autómatas.
No pido mucho QQ:. HH:., únicamente que seamos Masones… si no es así, ¿Qué hacemos sentados en nuestros Templos?
Es cuanto.
Fraternalmente:
Q:. H:. Martín Alejandro Madrigal Ríos
M:. M:.
Or:. de Saltillo, Coahuila, México