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Génesis del Poimandres y Génesis Bíblico Cristiano

Publicado: Sab Nov 18, 2006 3:42 pm
por joaquimvillalta
QQ.·. HH/nas.·.
He considerado interesante reproducir el siguiente ensayo que espero sea provechoso en su estudio y reflexión. Con éste, no pretendo a nivel personal mostrar ningún tipo de preferencias. Vaya por delante mi absoluto respeto hacia todo tipo de concepciones individuales. No obstante, su autor, propone una interesante y descriptiva comparativa, cuya lectura puede enriquecernos.


EL GÉNESIS DE LA HUMANIDAD DEL POIMANDRES DE H. TRISMEGISTO, FRENTE AL GÉNESIS BÍBLICO CRISTIANO; IMÁGENES ORIGINARIAS

I

He de confesar mi sorpresa al enfrentarme con un relato, con una narración religiosa, dedicado a contar el origen del Hombre de una manera tan particular y afirmativa de la naturaleza humana. Como se podrá ver al final de este escrito es mi propósito el comparar dos narraciones que hablan del origen de la existencia y de la vida humana en tanto tal. Sin duda no podrán soslayarse la relevancia de los mitos genéticos de la humanidad que nos llegan desde los griegos mismos y que también existen en todas las otras culturas que rodean el campo simbólico-cultual de la historia de la humanidad, so pena de caer en un eurocentrismo marcado y escueto. Pero no podremos hacerles por ahora un espacio en este trabajo por ser ellas mismas, cada una, y en conjunto, temas que deben ser tratados in extenso según su propio marco referencial. Por ahora la intriga, la sorpresa deviene de una pregunta reguladora que pretendemos seguir a lo largo de este breve trabajo: ¿En qué radica la diferencia entre un génesis cristiano del hombre, en relación al texto de Hermes Trismegisto, y en qué influye para la concepción de la naturaleza humana? Estos dos relatos genéticos, sin embargo, se inscriben dentro de una tradición occidental; uno propiamente cristiano, naciente, y otro gnóstico, que incluyen ambos raíces comunes semitas. Y es por eso que se vuelve irresistible el querer comparar ambos relatos, que siendo comunes también en sus fuentes, son radicalmente diferentes en su concepción de lo humano.

II

Aristóteles decía en su Política: “Naturaleza es fin”. Queriendo con ello explicar que el orden (Cosmos) de la totalidad de lo real, en tanto expresiones políticas y físicas, se derivaban de principios reguladores y normativos que estaban subyacentes en la misma conformación de todos los entes; su fhýsis contenía ya a priori (es decir, antes de toda expresión posterior y de movimiento, aunque expresadas en estos mismos), su télos, su fin, al cual irremediablemente están dirigidos. Este modo de expresar las cosas podemos hallarlo ya en la visión cristiana del origen de todas las cosas y del Hombre mismo; la creación ex nihilo de todos lo seres lleva en sí misma la posibilidad y necesidad real de lo divino; son “expresiones” y movimientos de Dios en sí y por sí mismo. Recordemos lo que dice el Génesis bíblico-cristiano de la creación del universo: “En el principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra no tenía nada. […] Y Dios dijo ‘que haya luz’, y hubo luz.” (Gen., I) El verbo, el lógos, es la mediación de la creación; es expresión del “salir-fuera” de Dios como entes y seres existentes. El mundo ha quedado configurado según la palabra santa y omnisapiente de Dios; todo ha quedado en su “justo lugar”. Sin embargo, recordemos cuál es el origen del Hombre:

“Dios dijo entonces: ‘Hagamos al hombre a nuestra semejanza, para que domine sobre los peces del mar […] sobre todas las bestias de la tierra’. Lo creó a su imagen; como Hombre y Mujer. […] Entones el señor Dios modeló al hombre del barro de la tierra y le sopló el aliento vital en los poros de la nariz; así quedó el hombre convertido en ser viviente. [Así en ese mismo paraíso] Dios creó el árbol de la ciencia del bien y del mal. […] Dios mandó al hombre a cultivar y cuidar este paraíso destinado a él. Pero Dios le dijo: ‘Puedes comer la fruta de cualquier árbol del paraíso; pero no comas el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, pues el día en que lo comas seguramente morirás’. [Así creó Dios también a su compañera y complemento, a la mujer, de su costilla, de la propia carne de Adán].” (Gen., 2).

Este pasaje nos relata el origen mismo del hombre y de la mujer, nos habla de su creación; destinados ambos a ser en el seno de Dios en el paraíso celestial, mundo perfecto en el cual el hambre, el dolor y la muerte no existirían nunca, pues todo los que necesitaran les sería satisfecho por abundancia y por actualidad. Este mundo celestial, el diseñado para una vida humana perfecta, aún sin contradicciones, sin embargo, ha de cambiar, pues el hombre ha de ser tentado. Recordemos que la principio hablamos de la importancia de entender este relato cristiano del origen del hombre por algo crucial: para entender la naturaleza de su ser, de su “existencia”. Esto es de lo que hablamos: de “existir”, o como diría Heidegger del Da-sein: como “ser-en-el-mundo”. El hombre y la mujer que son en el Paraíso, que son en Dios, no son seres humanos-existentes, sino son cuasi-perfectos, sin contradicciones: el mundo en el que están es perfecto, completo, abundante, de nada carecen; sin embargo, como lo veremos de inmediato, el Hombre viene-a-ser-“humanmente” en la contradicción, en la oquedad, en el dolor y en el hambre. Este es el verdadero origen (génos) del ser humano; este es el verdadero ser humano del que hablamos con esperanza, fe e incertidumbre; de aquel del que se puede predicar la Voluntad (à la Schopenhauer), como este “querer-de-la-vida”; como el conatus essendi de Spinoza. Hablamos del principio de “ser-humanamente” a partir de ese esmerarse en la vida, de este deseo que es la base y fundamento de su existir, como este “querer-ser” siempre, de este tender-a que es expresión símbólica (del símbolon platónico, “parte complementaria”, descrito en el Simposio) de su ser contingente y vulnerable, frágil y desnudo. En este tenor, el verdadero origen del Hombre en el relato cristiano no es el que acabamos de leer, sino el siguiente:

“Era la serpiente más astuta que los demás animales del campo que había hecho Dios. [La serpiente interrogó a Adán y su mujer acerca de por qué no comían del árbol de la ciencia. Ellos respondieron que Dios les había dicho que su comían de aquél árbol morirían, a lo que la serpiente respondió:] ‘De ninguna manera, no moriréis. Lo que pasa es que Dios sabe que el día
en que comáis de su fruto se os abrirán los ojos y seréis como dioses. [Mefistófeles le dice a los estudiantes que han tocado la puerta de la casa del Prof. Fausto: “Aprended del bien y del mal y seréis como dioses”.] Miró la mujer la fruta de aquel árbol, fruta buena para comer, bonita y apetecible; cortó aquella fruta, comió y le dio a su marido […] ambos abrieron los ojos y viéndose desnudos se avergonzaron y se taparon.” (Gen., 3)

Dios les hubo de interrogar acerca de porqué se sentían avergonzados por estar desnudos y descubrió que le habían desobedecido; habían comido de la fruta, del árbol de la ciencia, y quedaron en cuenta de que aquello era malo para ellos. La desobediencia es la causa del origen (valga la barbaridad), de este “venir-a-ser-humanamente” del hombre como imperfecto, como contingente, como mortal. Es la curiosidad (de ese “asombro”, tháuma, del que nos hablan los griegos) de saber, de conocer, lo que ha movido al hombre a pecar en contra de Dios, a desobedecerle. ¿Quién, sólo el hombre, ser “imperfecto” aún en el Paraíso, podría ser capaz de afirmarse en su ser no como “obediente”, sino precisamente como desobediente, como un ser que busca (zétesis) más allá de lo que tiene dado; como un ser libre? Así, el hombre “viene-a-ser” realmente hombre en tanto ser caído, pecador, que ha desobedecido a su mismo creador y le ha dado la espalda. Dice:

“[Le dijo Dios a la mujer, a la Nueva Mujer:] ‘Multiplcaré tus tristezas y tus preñeces: en medio del dolor dará a luz a tus hijos; tu deseo te llevará a tu marido, y él será tu señor.’ [Y a Adán:] ‘Maldita será la tierra para tu trabajo; con fatiga comerás de ella todos los días de tu vida; […] comerás el pan con el sudor de tu rostro, hasta que vuelvas a la tierra de donde saliste, pues polvo eres y al polvo volverás. [Dios los expulsó a ambos del Paraíso y los puso a cultivar la tierra]”. (Gen., 3. Sub. mío).

La muerte rondaba en todas sus manifestaciones a este nuevo ser, al hombre realmente humano, a este ser vulnerable y enfermizo; a este hombre que para poder vivir tendrá que trabajar y tendrá que buscar eternamente el perdón de su Dios, su verdadera y real completad y perfección. Pero sólo ha de lograrlo con esfuerzo, fe y dolor; por el hambre el hombre reconocerá a Dios, y éste le salvará primero y lo llevará a su seno divino.

III

El caso del Poimandres de Hermes T., es radicalmente diferente, aunque se guarden cosas en común. Por motivos de espacio y tiempo me limitaré a trabajar sólo la parte de la creación del hombre, no sin antes poner ciertos elementos de génesis de la totalidad de lo real. En el reato de Hermes, Dios es el Nous supremo y omnipotente (Poimandres, p. 3). La serpiente en espiral es la oscuridad que se extiende hacia abajo, y que se caracteriza por ser tortuosa y húmeda, agitada, produciendo un sonido indescriptible. (p.4) El Verbo luminoso, que es hijo de Dios, ha salido de este lugar húmedo, y se ha elevado para ser Luz. El Nous, que es la Luz, consiste en un número incalculable de Potencias que hacían un mundo sin límites. (p.5) Cuando Dios, el Nous,
hubo de contemplar el hermoso mundo arquetípico, de su Voluntad divina, lo imitó, creando la totalidad de la Naturaleza. Así, el Nous, siendo Hembra y Macho, creó un segundo Nous Demiurgo, que siendo fuego y aliento, hizo a siete gobernadores celestes que controlaban como círculos el devenir del mundo sensible, como el “destino”. Se creó la materia. (p. 6) Se crearon los animales y todos los seres vivientes, gracias a la unión del Nous demiurgo y el Verbo. Ahora bien, el Nous, siendo Padre de toso los seres, siendo vida y espíritu, creó al Hombre, como su propio hijo, hecho a imagen de aquél. El hombre se fue a conocer lo que hacía su hermano el Demiurgo y fue prendando de los Gobernadores. Entonces, viene el verdadero origen del hombre mortal en-el-mundo:

“Entonces el Hombre, que tenía plenos poderes sobre todas las cosas y seres, [al descender a la Naturaleza] manifestó la hermosa forma de Dios en la Naturaleza de abajo. Cuando ésta hubo visto que el hombre poseía la forma de Dios junto con la belleza inagotable y toda la energía de los gobernadores, sonrío de amor: pues había visto reflejarse en el Agua el semblante de esta figura maravillosamente hermosa del hombre, y a su sombra en la tierra. En tanto que él habiendo visto reverberar en el agua la forma de esta forma parecida suya, la amó y quiso morar en ella. Desde el momento en que lo quiso lo cumplió. La Naturaleza entonces. Recibiendo en ella a su amado, lo abrazó entera, y ambos se unieron ardiendo de amor. [Así el hombre es el único ser que es dual, que es mortal por el cuerpo e inmortal por el hombre esencial.]” (p.7)
El hombre, ahora, por amor ha quedado sujeto al destino de los gobernadores y de su propia vida. Después la Naturaleza hubo de crear a siete hombres macho-hembra; después, por Voluntad de Dios fueron separados, y quedaron en siete hombres y siete mujeres, para poder así juntarse y poderse reproducir. Sin embargo, el momento fundamental, en tanto principio (arché) de la vida en tanto “humana”, ha sido, como ya lo leímos arriba, es: el amor (éros); es por amor que el hombre decide “vivir” en y con la Naturaleza; es por amor, por la sustancia amorosa, erótica, fascinada, enthusiasmada del acontecer, del vivir, que el hombre ha decidido ser-humanemente, existir en un mundo contingente. Este mundo no es un “castigo” por la ofensa ante Dos, sino una “elección amorosa”, libre, que el hombre ha tenido que elegir por haberse enamorado. Este mundo no queda reducido a lo más nefasto y deleznable, sino que ha quedado como un Hogar, como la Casa par excellence del hombre, como su posibilidad real, inmediata, natural, actual y humana de ser. El hombre no ha pecado, no ha desobedecido ninguna ley, ni a ningún Dios. El hombre ha pedido vivir y realizar-se en este mundo, que de ahora en adelante será su hogar. Si es verdad que ambos relatos tienen en común el principio de religación universal en Dios, y por ello tanto el hombre del génesis cristiano como el de Hermes tienen que regresar a Dios para ser salvos y perfeccionados en él, es más importante asentir que estos dos hombres originarios son radicalmente distintos; el primero es un pecador y ha de vivir en este mundo con la cabeza hacia el piso, avergonzado por haberle dado la espalda a Dios; el segundo es un enamorado que no por desobediencia alguna sino por amor, por libertad, ha escogido morar e este mundo. El primero ha quedado manchado para toda la eternidad; el segundo tiene que esforzarse por conocer a Dios y re-conocerse a sí mismo como inmortal y purificarse en su propia luz vital para poder acceder a su Creador; el primero ha de flagelarse, ha de torturarse, y renunciar a todos los placeres por ser en principio actos de pecado; el segundo ha de entender que el cuerpo es principio de muerte si sólo se dedica uno a complacerle, a sólo realizar sus pasiones (actuando con ignorancia), y no procura su propio entendimiento, su propia luz inmortal (epistéme), que lo acercará a Dios: el placer es posible, pues es amor, pero también es necesario el amor y el conocimiento de Dios y su posterior re-encuentro.

De estos dos relatos originarios del ser del hombre yo me quedo personalmente y por con el segundo; el primero, a mi modo de ver, es un intento fatídico de poder-ser en la vida, pudiendo “afirmar” ésta misma y con ello lograr una vida más plena; la segunda es ya, de hecho, a priori, “afirmación” del ser del hombre “en este mundo”, para poder acceder a Dios. Elijo a este mundo con amor y como mi hogar es mejor y más sano que decir que este mundo es un castigo horrible por una falta que ni siquiera cometí yo. De esto es necesario desprender todas las consecuencias necesarias y posibles. Esto es un ejercicio del cual podemos tomar un ejemplo para re-plantear la necesidad de pensar en nuestro futuro político y religioso, en donde la participación de varios relatos míticos nos permita elegir uno que nos afirme y no que nos humille y denigre. Pero esto es a largo plazo y plantea la necesidad de un encuentro intercultural basado en el respeto y la solidaridad. Este es nuestro trabajo al tratar estos temas y no una fanática e hipócrita necesidad de saber de un pasado sólo por saber. Eso no es filosofía; sino que es un pensar comprometido con la propia realidad. Y yo trabajé estos temas discutiéndolos desde las repercusiones que han dado lugar a lo lago de la historia y que aún ahora nos impactan de manera degenerada y defectiva; el cristianismo es una doctrina que intimida por el poder de un Dios vengativo y rencoroso; y el hombre es una negación por ser pecador. Nietzsche y Freud tenían razón en condenarle, y nosotros tenemos el deber de hacerlo en función de la dignidad humana, afirmada, que es inherente a cada ser humano. ¿Qué es muy moderno? No. Es necesario para construir un mundo mejor. Pero esto no debe partir de lo que diga yo, sino de lo que digamos todos: necesitamos de “curiosidad”, de ganas por conocer, y de “amor”, del querer a esta hermosa vida como posibilidad real de nuestra felicidad.

J. RED

solicito una explicacion

Publicado: Mar Nov 28, 2006 8:31 pm
por sagor
mi poca capacidad, por de mas ha hecho que me pierda antes del....III, y sobretodo del magnifico final

... el cristianismo es una doctrina que intimida por el poder de un Dios vengativo y rencoroso; y el hombre es una negación por ser pecador. Nietzsche y Freud tenían razón en condenarle, y nosotros tenemos el deber de hacerlo en función de la dignidad humana, afirmada, que es inherente a cada ser humano. ¿Qué es muy moderno? No. Es necesario para construir un mundo mejor. Pero esto no debe partir de lo que diga yo, sino de lo que digamos todos: necesitamos de “curiosidad”, de ganas por conocer, y de “amor”, del querer a esta hermosa vida como posibilidad real de nuestra felicidad.

no fue nietzche quien afirmo? "...que triste la vida para el hombre sin Dios".
el cristianismo "intimida" yo no soy tan catolico pero me parece una aceveracion muy ligera, ya que dentro de la concepcion filosofica "Cristo" cambio la concepción de DIOS por PADRE
Freud condeno el critianismo? ups. creo que necesito leer mas, en que tratado???? del "analisis regresivo" y/o la genealogia de la moral acuña eso??????? una cosas era el suprYO y el superhombre de nietzche, coincidentes en la forma pero distinsta en la manera, de la utopia y la ilusión.
asi que espero mucho de aclaracion y de bibliografia (exepto la de jung)
gracias por la ayuda
AMEN

Publicado: Mié Nov 29, 2006 9:02 am
por joaquimvillalta
Apreciado Sagor:

Hace tiempo que sigo con interés tus intervenciones y me congratula que este foro cuente con miembros que, como tú, poseen una elevada erudición y gran capacidad intelectual. Es así como todos podemos enriquecernos más, los unos de los otros.
Como habrás visto, el artículo propuesto no es mío. Aunque el deseo por ampliar mis conocimientos sea enorme, me resulta desgraciadamente imposible dominar todo el amplio espectro del saber y las bibliografías relativas de los estudiosos de sus distintos campos (en algunos me defiendo mejor que en otros, por ahora). La propuesta aportada, por tanto, obedece a un planteamiento reflexivo sobre el génesis extraído del “Corpus Hermeticum” donde el ensayista compara con el bíblico. Ello no implica necesariamente que yo, a título individual, comparta la misma opinión, aunque si así fuere, estaría haciendo uso de mi libre derecho a pensar. Para mi, lo interesante radica sin duda en la “coincidencia” primigenia de muchos de sus elementos descriptivos y de fondo conceptual, aunque puedan resultar confrontados en la forma. Pero eso es otra historia.
Recibe un cordial saludo.

Prof. Joaquim Villalta

Publicado: Mié Nov 29, 2006 10:06 am
por sagor
Gracias por la referencia, en realidad no la meresco. Lei tus participaciones en otros temas y por mas debo afirmar que son interesantisimas, por tus escritos dedusco que tu campo ampliamente es el arte musical, asi que saliendo del contexto, y solicitando las disculpas del caso a los participantes de este foro para salirme de tema... puedo solicitarte una interrogante, que quiza puedas aclararme (en el foro respectivo) la proporcion aurea - la sucesión de fibonacci y su relación con el arte musical. y cierta connotacion que le dan a la musica new age.
en gracias quedo
atentamente
Un Amigo
Ivan

Publicado: Mié Nov 29, 2006 2:09 pm
por joaquimvillalta
Apreciado amigo Sagor:

Agradezco de corazón tus amables comentarios sobre mis aportaciones en este foro. En efecto, como bien has deducido, mi campo profesional es la música: amplio marco que abarca desde la interpretación, historia, estética, acústica, composición, biomecánica aplicada, organología, y tantas y tantas sub-especialidades, que como ocurre en otros planos del conocimiento humano, se hace inevitable e incluso obligado, la “especialización” en unos pocos de éstos. En mi caso es la interpretación y la pedagogía instrumental. Y aún así, sigo en “el proceso de aprender”. Cuan cierto es que, a medida que uno “crece” en un saber determinado, también aumenta de manera exponencial su conciencia de lo poco que conoce: es un infinito. A buen seguro que compartes esta opinión.
Respecto al tema que planteas, resulta en efecto, fascinante. De todos modos, lo “mucho”visto hasta el momento sobre la proporción áurea, la Serie de Fibonacci, y su relación con la música aparece por contraste, altamente especulativo, o superficialmente tratado. Este tema me interesa, y es por ello que intentaré abundar desde diferentes ángulos con el fin de intentar plantear una exposición que, cuanto menos, tenga una sólida base argumental y un trasfondo filosófico plausible. Debo, pues, darte las gracias por proponerme un filón de trabajo y reflexión. Espero llegar a dar un fruto digno a tan elevada propuesta.
Para hacer boca, puede leerse algo en los siguientes enlaces
http://www.elementos.buap.mx/num44/htm/21.htm

http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/cie ... sec_12.htm

http://216.239.59.104/search?q=cache:_R ... clnk&cd=90

http://www.imaginarymagnitude.net/eblan ... n_y_2.html

http://www.rtve.es/tve/b/redes/semanal/ ... evista.htm

http://www.anarkasis.com/pitagoras/204_aurea_musica/

Recibe un sincero abrazo.

Prof. Joaquim Villalta

GRACIAS

Publicado: Mié Dic 06, 2006 5:38 pm
por sagor
en estas líneas no solo quisiera manifestarle mi gratitud por las referencias a mi pregunta, sino también manifestarle mi profunda envidia, ya que soy un admirador; de todo lo que respecta al Arte, y no fui bendecido humanamente con ningún talento artístico, aprecio de corazón quienes a gratitud de la humanidad la profesan como usted.
En el Arte musical hay muchas "temas" místicos en el cual me encantaría explorar pero mi inutilidad musical y mi poco conocimiento en el tema me disponen muchas barreras. Así que disculpe a este neófito y casi delincuente (dentro de la ignorancia) por tratar de robarle un poco de sus conocimientos y pueda usted ilustrarnos en estos dos temas:
El primero ya le mencione la divina proporción en la música.
El segundo los cantos goliardos como Carmina Burana.

En Gratitud quedo, y en bastante aprecio
SALUDOS.

Publicado: Lun Dic 11, 2006 3:53 pm
por joaquimvillalta
Apreciado amigo Sagor:
Es un placer contactar de nuevo contigo. Me complace y conmueve tu respeto hacia el fenóneno artístico, lo cual bajo mi modesta opinión dice mucho y bién sobre las cualidades de tu persona. Como en mi anterior mensaje expuse, desearía disponer de un tiempo para poder trabajar a fondo el tema como merece el elevado nivel intelectual de tu propuesta. Respeto a los cantos goliardos, te avanzo alguna cosa a nivel divulgativo que, si bién tendrás ya conocimiento de ello, puede ser de interés i utilidad para otros miembros de este foro:

Se denomina habitualmente literatura goliardesca a la escrita en latín por clerici vagantes o goliardos, clérigos vagabundos o desertores de los estudios eclesiásticos, al estilo de aquel frailecillo, fray Tuck, que acompaña a Robin Hood, que escribían y cantaban canciones y poesías.
Se autodenominaban goliardos en atención a su mítico patrono el obispo Golías, o como alusión al gigante Goliat, que por generalización representaba al Demonio. A cambio de sus poemas amorosos y sus cantos jocoso-burlescos estos estudiantes recibían como pago unas monedas, vino o una sopa caliente en los conventos. Conservaron sus distintivos clericales, es decir: la tonsura, que es el rapado circular de la coronilla del cráneo y los hábitos que vestían. Se reunían en "hermandades" con el fin de protegerse, lo que aunado a los distintivos que portaban les permitía sistematizar sus engaños, de los cuales se valían para subsistir. Las constantes persecuciones emprendidas en su contra los orillaron a asociarse con los integrantes del bajo mundo: juglares, saltimbanquis, facinerosos, artesanos, todos ellos organizados en "gremios" o "cofradías" por idénticas razones de seguridad. Sus canciones, que con frecuencia atacaban la riqueza del alto clero y su corrupción con ironía, escarnio y transgresión de toda norma moral y conducta social vigente, ocasionó denuncias y demandas y fueron violentamente marginados, pero a pesar de sufrir continuas persecuciones y soportar leyes, decretos y toda clase de edictos en su contra, el movimiento continuó alimentado por lo mismo que cantaban y protegido por la parte más liberal y menos integrista y romanista de la iglesia. La mayoría eran clérigos pobres o sin parroquia, monjes ociosos o estudiantes de las scholae catedralicias, los estudios generales y las universidades medievales.
Los goliardos presentaron dos rasgos comunes: la pobreza, no como voto religioso sino como una molesta y terca realidad, y la marginación. No fueron clérigos cultos, aposentados en conventos o abadías, provistos de bibliotecas y costumbres confortables, tampoco vivieron entre los trovadores que cantaban hazañas de héroes. Quizá sea un grupo maldito, una casta de intelectuales nefastos o terribles que escarnecieron y cuestionaron todo. Se llamaron a sí mismos "clérigos errabundos" y, desde fecha temprana, fueron impugnados. En el siglo X los mandaron rapar por redadas, para borrarles la tonsura clerical; se les prohibió cantar versos religiosos en las misas; por último, diversos decretos, leyes, ordenanzas y concilios les prohibieron cantar y comportarse conforme al espíritu de sus poemas.
La poesía goliarda surgió al lado de la poesía latina culta y fue una expresión más libre que suponía la misma preparación que la utilizada por los letrados. Fue sumamente rica y coincide con el movimiento cultural que se extendió por toda Europa durante los siglos XII y XIII. En efecto, alcanzó su mayor esplendor durante estos dos siglos. Las colecciones que se han conservados de los goliardos comprenden un corpus con toda clase de composiciones, religiosas y profanas; un mismo autor podía atenerse tanto a una como a otra tendencia. Su poesía podía entrever sátiras crueles o composiciones de un realismo sorprendente. Sin embargo, se apartaban de las metáforas clásicas y añadían reflexiones acerca del destino endeble de los hombres, la alegría, la euforia por la embriaguez y el vino, lo sagrado y lo profano. Eso suponía ya una cierta quiebra del teocentrismo medieval y un avance hacia otra manera de entender el mundo, nuevos aires.
Los Carmina Burana, acaso los poemas goliardescos más célebres, se deben traducir como "Cantos de Beuren", a causa del nombre con el que Johann Andreas Schmeller publicó en 1847 la primera edición del manuscrito de la obra. Los poemas goliardescos que integran la colección se sabe que fue reunida hacia 1225 y se encontró en el monasterio de Benediktbeuren en Baviera, región alemana ubicada entre los Alpes y la frontera con Checoslovaquia. Hoy se conserva en Munich. Los poemas están en lenguas latina y bajo-alemán y de ellos Orff tomó selecciones de los temas más representativos de la poesía de los clérigos vagantes: lo inconstante de la suerte, la primavera y sus múltiples manifestaciones de vida; la embriaguez, el sarcasmo, la ridiculización y los placeres sensuales, a los cuales fueron tan aficionados.
Del siglo VII al XIII la creencia en el diablo se desarrolló a la par que toda la escatología cristiana y sirvió a la imaginación colectiva para contrastar el poder de las personas idealizadas; el diablo es, al mismo tiempo malo y como un animal que simboliza la sexualidad, es, sin duda, una figura superyoica, obscena y feroz, muy cerca del animal, en lo cual se revela un rasgo totémico. La creación del personaje del diablo se produce paralelamente a la caída de los dioses "paganos" y su degradación en demonios que personifican las pulsiones sexuales enunciadas por Freud. Por eso es un retorno de lo reprimido en el siglo XIII, porque con el escepticismo lo que aumentaba era el placer pagano de vivir como errante, cantando a la primavera, a la felicidad del amor sensual, a la taberna, como en los cantos goliardos de Carmina Burana recogidos, muchos siglos después, por Carl Orff.

Pero el temor al diablo aumenta con la represión de ese disfrute. El diablo es, entonces, la expresión de un conflicto psíquico en una sociedad. Por eso, la encarnación del diablo presenta rasgos y caracteres sexuales reprimidos, los cuernos, la larga cola, el pene como serpiente. Personifica las pulsiones inconscientes reprimidas. La persecución y los procesos de las brujas, cada vez más frecuente como arma de la Contrarreforma, asciende con fuerza en su función de represión de las pulsiones y, con ello, refuerza la creencia en el diablo instigador de todos los males. Pobre diablo, su ascenso a Maligno, su enorme poder es, paradójicamente lo que salva al cristianismo de la desintegración al comienzo del Renacimiento, ya que para luchar contra el maligno la Iglesia tenía que estar unida.

Espero haber aportado algo sobre que reflexionar. A mi me ha servido, personalmente.
Quedo a tu disposición, amigo.
Recibe un fuerte abrazo.

Prof. Joaquim Villalta

Publicado: Lun Dic 11, 2006 7:17 pm
por sagor
Muchas gracias por su respuesta, y por su amabilidad.
permita a este profano dejar esta estrofa...

Via lata gradior
more iuventutis
inplicor et vitiis
immemor virtutis,
voluptatis avidus
magis quam salutis,


Sobre escabroso camino voy,
como cualquier hombre joven,
sumergido en la depravación,
olvido la virtud,
ávido de placer
más que de salud,



muchas gracias

un amigo en el presente y en el siempre
IVAN