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Historias masónicas

Publicado: Dom Feb 03, 2008 8:49 am
por Aurora
Buscando información sobre Masonería, a veces se encuentran historias como ésta que voy a compartir con ustedes.
Que la disfruten :D

...

UN PRESTAMO MASONICO

Al pasar un joven por una casa de empeños, notó que el prestamista, parado en la entrada, llevaba una solapera, una hermosa insignia masónica.
Luego de corta reflexión, el joven se dirijió al prestamista: "Veo que lleva una insignia masónica. Soy masón tambien. Me encuentro en una apremiante necesida de dinero. Usted no me conoce, pero el ser ambos masones tal vez lo induzca a prestarme $25.00 dolares que, bajo palabra, le devolvere en 10 dias".

Tras pensativa pausa y viendo al joven de buen aspecto, pulcro y bien vestido, y en la confianza que era masón, el prestamista decidio darle el dinero.
Dias despues, conforme a lo convenido, el joven devolvio el dinero y ahi termino la transacción.
Meses despues, el joven se iniciaba en una Logia; en realidad, no habia sido masón, cuando requirio el prestamo.
Mirando alrededor de la segunda parte de la ceremonia, vio al prestamista.Confundido, esperaba no haber sido reconocido, y al cierre de la Logia intento retirarse sin ser visto por el prestamista, pero este lo habia reconocido y se le acercó sonriendo y con un fuerte apretón de manos le dijo: "Bien, veo que despues de todo no era usted masón cuando me pidio el prestamo".

Avergonzado el joven tartamudeo: "No, no lo era, pero permítame explicarle, había oído que los masones eran caritativos y estaban prestos a ayudar a los hermanos en desgracia.
Aquel día no necesitaba los $25.00 dólares, tenia suficiente dinero en mi billetera, pero al ver que usted llebava una insignia masónica, quise averiguar que si las cosas que habia oido de los masones eran ciertas.
Al concederme el prestamo, que convencí que eran ciertas y quede tan impresionado que presente mi solicitud a esta Logia y aqui me tiene. Espero me perdone por haberle mentido"

El prestamista le contesto: "No se aflija. Yo no era masón el día que le preste el dinero, no debería haber llevado la insignia que usted vio.
Momentos antes le habia dado un prestamo a otra persona, que como prenda, me la dejó y la vi tan bonita que me la puse en mi solapa. En cuanto usted se fue, me la quite, no queria que alguien mas me pidiera dinero pensando que yo era masón.
Cuando me pidio usted, los $25.00 dólares, recorde haber oido que los masones eran honrados, probos, cumplidores de sus compromisos. Para averiguarlo consideré que los $25.00 dólares, no era mucho arriesgar, asi que le di el prestamo que usted devolvio exactamente como se habia comprometido, lo que me convenció que era cierto lo que habia oido de los masones, lo que me animó a presentar mi solicitud a esta Logia.
Esta noche yo fui el candidato iniciado anterior a usted."

Traducido del "NEW MEXICO FREEMASON". Junio 1, 1981

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Re: Historias masónicas

Publicado: Dom Feb 03, 2008 12:39 pm
por Torquemada
Aurora escribió:Buscando información sobre Masonería, a veces se encuentran historias como ésta que voy a compartir con ustedes.
Que la disfruten :D

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UN PRESTAMO MASONICO

Al pasar un joven por una casa de empeños, notó que el prestamista, parado en la entrada, llevaba una solapera, una hermosa insignia masónica.
Luego de corta reflexión, el joven se dirijió al prestamista: "Veo que lleva una insignia masónica. Soy masón tambien. Me encuentro en una apremiante necesida de dinero. Usted no me conoce, pero el ser ambos masones tal vez lo induzca a prestarme $25.00 dolares que, bajo palabra, le devolvere en 10 dias".

Tras pensativa pausa y viendo al joven de buen aspecto, pulcro y bien vestido, y en la confianza que era masón, el prestamista decidio darle el dinero.
Dias despues, conforme a lo convenido, el joven devolvio el dinero y ahi termino la transacción.
Meses despues, el joven se iniciaba en una Logia; en realidad, no habia sido masón, cuando requirio el prestamo.
Mirando alrededor de la segunda parte de la ceremonia, vio al prestamista.Confundido, esperaba no haber sido reconocido, y al cierre de la Logia intento retirarse sin ser visto por el prestamista, pero este lo habia reconocido y se le acercó sonriendo y con un fuerte apretón de manos le dijo: "Bien, veo que despues de todo no era usted masón cuando me pidio el prestamo".

Avergonzado el joven tartamudeo: "No, no lo era, pero permítame explicarle, había oído que los masones eran caritativos y estaban prestos a ayudar a los hermanos en desgracia.
Aquel día no necesitaba los $25.00 dólares, tenia suficiente dinero en mi billetera, pero al ver que usted llebava una insignia masónica, quise averiguar que si las cosas que habia oido de los masones eran ciertas.
Al concederme el prestamo, que convencí que eran ciertas y quede tan impresionado que presente mi solicitud a esta Logia y aqui me tiene. Espero me perdone por haberle mentido"

El prestamista le contesto: "No se aflija. Yo no era masón el día que le preste el dinero, no debería haber llevado la insignia que usted vio.
Momentos antes le habia dado un prestamo a otra persona, que como prenda, me la dejó y la vi tan bonita que me la puse en mi solapa. En cuanto usted se fue, me la quite, no queria que alguien mas me pidiera dinero pensando que yo era masón.
Cuando me pidio usted, los $25.00 dólares, recorde haber oido que los masones eran honrados, probos, cumplidores de sus compromisos. Para averiguarlo consideré que los $25.00 dólares, no era mucho arriesgar, asi que le di el prestamo que usted devolvio exactamente como se habia comprometido, lo que me convenció que era cierto lo que habia oido de los masones, lo que me animó a presentar mi solicitud a esta Logia.
Esta noche yo fui el candidato iniciado anterior a usted."

Traducido del "NEW MEXICO FREEMASON". Junio 1, 1981

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Dudo bastante que nadie sea masón o no lo sea deje dinero por la cara a un desconocido, si algo he aprendido y se me ha quedado grabado en la mente es que el dinero no tiene amigos, en cualquier caso si una historia así fuera la realidad me alegro.

MonjeDual

Publicado: Dom Feb 03, 2008 12:48 pm
por Yaiza
Hermosísimo cuento, querida Aurora. La Fraternidad Masónica existe, aunque muchos lo pongan en tela de juicio. :wink:

Gracias de todo corazón.

Un gran abrazo. :wink:

Publicado: Dom Feb 24, 2008 5:27 am
por Aurora
Esta historia real la encontré hace varios meses en dos o tres webs de Masonería.
La página de donde copié esta historia no la he encontrado, pero si la he visto aquí:
http://unanimidad3.blogspot.com/2006_03_01_archive.html

La historia es esta:
Sucedió en una Ceremonia de Iniciación

Reinaba un gran silencio en el Templo; era de noche de Iniciación y se acababa de dar la Luz al profano. Los hermanos tomaban asiento en sus Columnas, y una voz fuerte y segura se deja oir, un hermano puesto de pie pide la palabra al Venerable Maestro quien aunque la estación no era el caso, en vista de la tonalidad y el porte y presumiendo que se tratara de algún fortuito de indisposición nada ajena en sesiones largas, se la concede.

"Venerable Maestro", dice el hermano puesto de pie, "permitidme cubrir el Templo, pues no puedo resistir la presencia de este profano por más tiempo.
Nos separa un hecho en la vida que, cuando ocurrió, prometí vengarlo si era posible con la muerte; pero tuve la suerte de serenarme a tiempo y su ausencia también me lo impidió. Pero, en esta oportunidad que lo veo llegar hasta el sagrado recinto, no puedo resistirme al deseo vehemente de alejarme inmediatamente de su presencia".

"Señor... señor..." interrumpe el recién Iniciado, dirigiéndose al Venerable Maestro, "soy yo quien debe de irse y le ruego me permita salir".

El Venerable Maestro con la serenidad propia de su conciencia clara que nunca debe de abandonar al buen masón, pregunta a su Hermano de Taller si es tan grave y tan hondo el asunto que le impulsa a abandonar el Templo. Y éste responde: "Seré breve Venerable Maestro. Hace años un hijo mío gravemente enfermo fue asistido por un profesional; mi hijo murió... a consecuencia de una mala prescripción de la medicinas que tomó. Ese profesional... es el hombre que hoy se inicia y para no estorbar la Ceremonia prefiero abandonar el Templo".

Un silencio de muerte, una emoción contenida invadió a los presentes y este silencio fue roto por el recién Iniciado, quien con voz trémula y dolorida explicó.

"Señor en mis años de estudio tuve un compañero de aula, algo más que un amigo, casi un hermano; salimos prácticamente juntos y también nos recibimos con fechas aproximadas.
Al poco tiempo se enfermó y acudí solícitamente a consolarlo y atenderlo; puse todo mi esfuerzo, mi cariño, mis energías a toda hora para aliviar su mal y acelerar su curación. Desgraciadamente todo fue adverso, el mal se hacia más grave cada vez y posiblemente por empeño puesto en prueba para restablecerlo, me hizo incurrir en un error.
Mi querido amigo... mi hermano del alma, elevó su espíritu al cielo donde Dios debe de haberle dado gloria; porque fue noble y generoso como pocos, inteligente y bueno...

Yo señor, abrumado por el dolor, con el alma y el corazón acongojados hasta lo íntimo por la irreparable pérdida de este tan caro y querido hermano, no tuve valor para nada, vivía recluido en mi casa. Amedrentado y caído, a consecuencia de ello enfermé y no pude dedicarme a ninguna labor profesional; y, viendo que mi vida era imposible en el consorcio de la gente y menos dedicarme a ejercer mi profesión, me fui al extranjero.
Allí he vivido algunos años los que no han tenido la capacidad de curar esta profunda lesión que dejó en mi existencia la muerte de aquel compañero: el hijo de este digno señor, a quien públicamente le pido me perdone. Mi culpa fue inocente... si su padre quisiera mi vida, puede disponer de ella cuando guste; ahora mismo comprendo su dolor, pero el mío también ha sido horrible".

El Hermano del Taller Anonadado, fuera de sí, exclama: "Venerable Maestro, mis fuerzas como hombre y como padre me abandonan; sólo me resta como Masón. Suplicaros que me permitáis ir a la Columna para perdonar al recién Iniciado..." El Venerable Maestro así lo dispuso.

Una vez entre las Columnas al lado del que se iniciaba, le dijo: "No pensé nunca mirarte la cara frente a frente, pero has tocado las fibras de mi corazón; mas aquí en presencia del Gran Arquitecto del Universo, que es Dios, y de mis Hermanos Espirituales, te perdono de todo corazón. Comprendo lo que habrás sufrido, cosas del destino... irremediables... pero yo que tanto he llorado por mi idolatrado hijo, en este momento te abrazo como si tú lo fueras y también te estrecho como mi Hermano de Logia".

El recién Iniciado dobló una rodilla en tierra y, tomando la mano de su perdonador, lloró como lloran los hombres de limpio corazón y sana conciencia; luego incorporado se abrazó con el que le ofrecía cariño paternal y fraterno, en medio de lágrimas ambos y de sollozos.

Vuelta la serenidad, prosiguió la Ceremonia hasta el final.
Indescriptible sería narrar los momentos de intensa emoción, traslucida en lágrimas, que vivieron los Hermanos. Pasaron sí; pero dejaron una huella imborrable de ejemplo y enseñanza, de que los sentimientos Masónicos pueden llegar a hacer vibrar las afecciones humanas en forma tan noble y tan sublime, como en el caso que se ha narrado.

Este hecho ocurrió en el año 1925 en una Log:. Del Oriente Peruano; lo presenció quien lo suscribe.
Kempis
Un abrazo :D :D :D

Publicado: Dom Feb 24, 2008 5:41 am
por joaquimvillalta
Q.·. Hna.·. Aurora:

No conocía esta triste y a la vez bella historia. Es un relato muy emotivo que agradezco hayas traído a este espacio.
En un mundo donde nos sentimos invadidos por las fuerzas del egoísmo y la venganza, descubrir nobles experiencias vitales (que seguro también se producen en el ámbito no masónico) consiguen hacer crecer nuestra esperanza en el poder de todo lo positivo que el ser humano encierra y debe aprender a exteriorizar de forma práctica.
Respecto al tema del "dinero" para ayudara a desconocidos, le diré al amigo Torquemada que, presentado en otro contexto, mis ojos SI han visto acciones similares, por muy "increíble" que pueda parecer.
Es evidente que no debemos quedarnos en un plano teórico y retórico sobre la concepción etico-moral de nuestras conductas y finalidades existenciales. Nuestra puesta en acción efectiva en todos los ámbitos de nuestras vidas demostrará en realidad quienes somos, sin máscara.

Gracias de nuevo.

Prof. Joaquim Villalta

Publicado: Lun Feb 25, 2008 2:11 pm
por sadkoreal
Hermosas historias las que acabo de leer.

Hacen reflexionar muchos aspectos de la vida personal de uno mismo.

El perdón y la caridad son dos cualidades muy hermosas que posee el ser humano, lamentablemente muchas veces hacemos caso omiso de ellas.

Yo he visto a lo largo de mi vida grandes acciones de personas buenas, de personas amables, que han ayudado a sus semejantes sin esperar nada, personas que no son masones, y reflexionando, creo que si gente fuera de la fraternidad hace esas cosas tan hermosas, nosotros mismos debemos aun hacer un mayor esfuerzo por los demás.

Reciban un saludo cordial.

Publicado: Lun Feb 25, 2008 4:53 pm
por joaquimvillalta
Q.·. H.·. sadkoreal:

Recalcando tu acertada reflexión, me permito comentar que la verdadera y auténtica "Obediencia", es aquella que todo iniciado/a francmasón/na debe a la prática de la virtud en su vida desde las múltiples formas en que ésta puede manifestarse. Es el arquetipo de hombre virtuoso que busca la perfección, el que debe servir de meta a alcanzar a pesar que nuestra humana condición nos haga tocar "de pies en el suelo" y comprobar de vez en cuando lo mucho que nos queda por aprender individual y colectivamente.
Entre las obligadas acciones conducentes a nuestro desarrollo evolutivo interior y espiritual, se encuentra la práctica del bien interactuando en nuestro entorno, desde las grandes a las pequeñas acciones, todas tienen un mismo y meritorio valor si son realizadas con sinceridad y humildad.

Recibe mi TAF

Prof. Joaquim Villalta

Publicado: Mar Feb 26, 2008 8:07 am
por ixvilla
Joaquim:

Que linda historia, ojalá que a los iniciados nos deje un buen mensaje y aprendamos de ella.

Saludos

Nacho

Publicado: Vie Feb 29, 2008 10:37 am
por Aurora
Una sencilla historia masónica contada en un diario.
En una tormentosa noche de 1975, Gerardo Jerry Villares, un emigrante coruñés huido de la orfandad y la miseria coruñesa de posguerra para acabar asentándose exitosamente en la buena sociedad londinense -ex mayordomo de Lady Sinclair, relacionado con las más importantes fábricas de textiles y compañero de partida del mítico actor Douglas Fairbanks- vio entrar en el selecto Conservative Club de Clapham Common a ciertos amigos con el misterioso atuendo -maletín y ropa oscura- del que hacían gala según que noches.

"Ahí vienen los de la mafia", pensó en broma Gerardo Villares -ya pasado al Oriente Eterno (fallecido)-.
Y entonces uno de ellos, Wally, un empleado del Banco de Inglaterra muy amigo del emigrante coruñés, le preguntó: "¿Pero de verdad no sabes quiénes somos?".
Esa noche, Gerardo descubrió que eran masones, después de casi ocho años de relación con ellos. Poco después pidió el ingreso.

"Jerry pidió", dijeron sus enigmáticos amigos y corrió el champán. "No volví a ser el mismo", confesaba Gerardo unos años más tarde a sus hermanos coruñeses.

En 1985, mister Jerry Villares cruzó el mar de vuelta con el grado 18 de la masonería y un regalo de sus amigos del club: un sello de oro con la escuadra y el compás grabados en la tapa, que se puede girar para ocultar el símbolo.

Villares se convirtió en 1989 en el venerable maestro de la logia Renacimiento 15 Curros Enríquez, el primer centro masónico erigido en Galicia tras la implacable persecución franquista.
El artículo periodístico donde se publicó está aquí: http://www.laopinioncoruna.es/estaticos ... mingo.html
Un abrazo :D

Publicado: Dom Mar 02, 2008 8:46 am
por Aurora
Existe constancia de que en la construcción de catedrales participaron algunas maestras masonas.
El relato que traigo hoy cuenta historias acaecidas con posterioridad y transmitidas a través del tiempo. Aparecen en el libro “ Los masones, la sociedad secreta más poderosa de la tierra”
Autor: Jasper Ridley.
Editorial: Grupo Zeta Javier Vergara Editor
El relato es este:
Según la leyenda, una de las primeras logias masónicas de Irlanda se organizo en la casa del vizconde Doneraile, en las cercanías de Cork, en 1710.
Durante una reunión de la logia en esa casa, Elizabeth St. Leger, la hija de diecisiete años de lord Donaraile, entro en la sala; y los miembros de la logia decidieron que, como ella había presenciado los procedimientos y había descubierto muchos de sus secretos, convenía que fuera iniciada como miembro de la logia, ya si se convirtió en la única mujer francmasona.
Después de su casamiento con Richard Aldworth, pasó a ser conocida entre los francmasones como “nuestra hermana Aldworth” y continuo protegiéndolos y ayudándolos hasta que murió, a la edad de ochenta años.

Existen varias historias similares de mujeres que fueron admitidas por accidente en una logia francmasónica y que se convirtieron así en la única mujer de la masonería.


La señorita Havard, en Hereford, en 1770; Isabella Scoon en Newstead, cerca de Melrose, Escocia, en el siglo XVIII, y la señora Bell, dueña de la hostería Crown de Newgate, Londres, quien el día de año nuevo de 1770 entró por la fuerza en un cuarto de su hostería en el que se estaba realizando una reunión de una logia militar.
A principios del siglo XIX, Mary Sproule, de Sussex, New Brunswick, Canadá, oyó accidentalmente los rituales de una reunión de una logia de Francmasones estadounidenses que habían apoyado a Jorge III durante la guerra de la Independencia y se habían trasladado a Canadá al finalizar la contienda.
Cuando se dieron cuenta de lo que había hecho, le gritaron: “Usted estaba escuchando la ceremonia de iniciación.” Yo no estaba escuchando, respondió ella, pero ustedes hablaban demasiado fuerte.
Decidieron admitirla en la logia, y se transformo en la única mujer masona de Canadá.


En 1861, en la hostería de Chatham, Pier, durante una reunión de una logia, una mujer se oculto en un armario.
En 1907 Catherine Sweet, de Brading Green, Virginia, observo en secreto todas las reuniones durante un año, hasta que por fin la descubrieron.
Los masones la encerraron en su cuarto un mes entero mientras discutían que hacer. Finalmente decidieron hacerla masona, para que, en caso de que violara el juramento de iniciación y revelara su secreto, pudieran aplicarle todos los terribles castigos que se mencionaban en la ceremonia de iniciación.


Es probable que todas estas historias, casi idénticas, sean apócrifas. Pero la historia de la condesa Hadig Barkoczy, es verdadera.
En 1875 se unió a una logia de Hungría, bastante abiertamente y los hermanos la aceptaron; pero cuando el Gran Oriente de Hungría, el organismo de control del país, se entero, la expulsaron de la logia y de la institución y suspendieron a todos los hermanos de esa logia por tres meses, como castigo por haberla admitido.

En todos estos relatos se destaca el hecho de que la mujer que, inadecuadamente lograba ser admitida en una logia, pasaba a ser la única mujer masona del mundo; pero, en cualquier caso, eso es falso, porque en Francia las logias masónicas admitieron muchas mujeres desde mediados del siglo XVIII.

Un abrazo :D

Publicado: Lun Mar 10, 2008 1:31 pm
por Aurora
Este relato cuenta lo sucedido a mediados del siglo XX, cuando el nazismo prohibió la Masonería, siendo muchos masones llevados a campos de concentración. Se estima entre 80.000 y 200.000 masones fueron exterminados por el régimen Nazi, en la Europa dominada o influida por los Nacional Socialistas. Este dato es de Wikipedia.

En la web de la de la R.L. Itálica 107 de la G.L.E. he encontrado cómo los masones que escaparon a la persecución encontraron el modo de reconocerse entre ellos. Copio el relato y les dejo el enlace de la web de la R.L. Itálica 107 de la G.L.E. donde viene. Es una buena web que merece la pena visitar:
http://www.italica107.es/00.PAGINAS-ABI ... idades.htm
La pequeña y modesta flor "no me olvides" tiene cinco pétalos y su centro asemeja un pentágono resplandeciente de colores blanco y amarillo; generalmente es azul claro o blanco y crece en grupos, dado que sus semillas pequeñitas son dispersadas por el viento en los terrenos grandes. En el significado de las flores, la flor No Me Olvides, simboliza a la amistad y al amante eterno.

Pero tómese esa breve descripción para saber que durante la persecución y prohibición de la Francmasonería por el régimen nazi, los masones continuaron reuniéndose y celebrando sus rituales en secreto. La escuadra y el compás no era un buen símbolo para usar en aquel entonces. Así que, para poder reconocerse entre ellos, la pequeña flor azul "No me Olvides" (Blue Forget Me Not) fue elegida como emblema masónico.

En un trabajo de investigación del Q:. H:. Alain Bernheim, de la Logia de Investigación Ars Macionica No. 30, bajo la juricdición de Gran Logia de Bélgica, encontramos los siguientes datos: Un documento de la Orden "The Masonic Brotherhood of the Blue Forget-Me-Not", decía: "Ya en 1934 se evidenció que Hitler y sus esbirros Nazis se proponían erradicar la Masonería. La Grossloge Zur Sonne (La Gran Logia del Sol) necesitaba un símbolo más discreto que la Escuadra y el Compás para identificar a sus Hermanos."

"A lo largo de toda la era Nazi, una pequeña flor azul en la solapa identificaba a un Hermano. En los campos de concentración y en las ciudades, esa pequeña flor azul no me olvides identificaba a aquéllos que se rehusaban a dejar que la Luz de la Francmasonería se extinguiese. Cuando en 1947, la Gran Logia del Sol fue reabierta en Bayreuth, un pequeño pin en forma de flor azul "no me olvides" fue propuesto y adoptado como emblema oficial de la Primera Convención Anual de aquellos que habían sobrevivido a los más terribles años de oscuridad, trayendo de nuevo la Luz de la Francmasonería a los Templos. Un año después, en la Primera Convención Anual de las Grandes Logias Unidas de Alemania, el pin fue adoptado como emblema masónico oficial para honrar a los valientes Hermanos que habían estado realizando sus Trabajos bajo las más adversas condiciones. Así fue que una pequeña e insignificante florecilla azul se convirtió en un significativo emblema de la Orden, llegando a ser quizás el emblema más usado por los Francmasones Alemanes."

"Por una extraordinaria coincidencia, el pin usado por los Nazis para la colecta del invierno de 1938, fue la misma No me Olvides escogida por los Masones en 1926 y fue fabricada en la misma fábrica de Selb. Sin duda, los Masones que la habían usado en Bremen en 1926 estuvieron contentos de volverla a lucir 12 años después. Pero no cabe duda de que este pin no pudo ser usado después de la colecta de 1938: el usar una marca o emblema que no hubiese sido distribuido por el Partido constituía una ofensa criminal durante el régimen Nazi."

"Cuando el Gran Maestro Vogel instaló una nueva Logia en Selb en 1948, recordó la anécdota del pin No me Olvides. Como la fábrica y los moldes aún existían, Vogel encargó una gran cantidad de esos pines, que distribuía después como señal de fraternidad en donde quiera que fuese a visitas oficiales, especialmente en los Estados Unidos, a donde Geppert lo acompañó en 1961.

Esto explica por qué la flor azul No me Olvides se convirtió en símbolo oficial de la Francmasonería alemana después de la Guerra.

Geppert escuchó a Vogel relatar la anécdota del pin en Estados Unidos pero sólo en referencia a las colectas Nazis de 1938.

Esto explica también por qué, cuando más tarde los Masones Norteamericanos fundaron Logias Militares en Alemania, algunas de ellas escogieron la flor por nombre. Tal es el caso de la Logia Forget me Not No.896 en Heilbronn, reconocida por la Gran Logia Americano-Canadiense en 1965."

"La flor No me Olvides: la historia detrás de este amado emblema de la Orden en Alemania". Menciona que un pin con ese emblema era obsequiado a los recién iniciados en todas las Logias de esa jurisdicción y la Gran Logia Americana Canadiense obsequiaba un pin similar a quienes eran exaltados el Grado de Maestro.

Sus investigaciones apuntan a la Grossloge zur Sonne (Gran Logia del Sol) como el cuerpo masónico que desarrolló el símbolo. Informes anteriores dicen que esta Gran Logia lo desarrolló para evadir a la GESTAPO (solo hasta 1938).

Imagen



En otro lugar he encontrado una pequeña e ingenua historia que pretende explicar el nombre de esta pequeña flor:
El "no me olvides" o miosota, es una pequeña flor azul, con un poco de color rojo. Nació así: Cuando Dios creó el mundo, dio nombre y color a todas las flores, no obstante una pequeña florecilla le suplicaba: ¡No me olvides!, ¡No me olvides!, pero como su voz era tan fina, Dios no alcanzaba a oírla, una vez que el creador finalizó toda su obra, pudo percatarse de esa pequeña voz, más ya todos los nombres estaban dados, así que Dios le dijo: "No tengo nombre para ti, pero te llamaras "no me olvides". Y por colores te daré el azul del cielo y el rojo de la sangre". Además le dijo que serviría para acompañar a los muertos y para consolar a los vivos.
Un abrazo :D

Publicado: Lun Mar 17, 2008 9:23 am
por Aurora
Esta es una historia de José Garibaldi que he encontrado en la web del Gran Oriente de la Francmasonería Mixta Universal – Uruguay:
http://www.gofmu.org/montevideo-comm-12 ... -2007.html
La hitoria es esta:

El Presidente Abraham Lincoln de los EEUU solicitó su ayuda para pelear en la Guerra de Secesión. Garibaldi impuso como condición la liberación inmediata de los esclavos y como Lincoln no estaba todavía en condiciones de promulgarla, se negó a participar.
Cuando vivió en Uruguay, pese a ser defensor del gobierno de Montevideo, jamás recibió privilegios y vivió pobremente dando clases de aritmética.
Dos presidentes uruguayos intentaron pagarle en reconocimiento a sus esfuerzos liberadores, pero se negó a aceptarlas, sosteniendo que la lucha por la libertad debe ser su propia recompensa, y que su más alto honer era haber sido declarado "Ciudadano de la República".

José Garibaldi Imagen

Un abrazo :D

Publicado: Lun Mar 24, 2008 6:18 pm
por Aurora
Esta historia está dedicada a todos los foristas que son y/o han sido Venerables Maestros
(He suprimido las abreviaturas originales para la mejor comprensión de los profanos)

Imagen




MI VIEJO MALLETE


Por el Q.•. H.•. P.•. V.•. M.•.
Federico G. Calero Daheza
V.•. de La Paz, Enero 17, 1985 de la e.•. v.•.

Hace tiempo ya me apercibí de que, merced al destino y al trabajo desarrollado en el Taller, podía tener la bendición de ser elevado por mis Hermanos para dirigir los trabajos de la Logia desde el Trono de salomón. Por ello pensé en tener el símbolo de la labor como Venerable Maestro y me impuse la tarea de buscar un mazo para desempeñar el arduo trabajo que me esperaría.

Deseaba que el mismo, fuera algo fuerte y pesado, de tal modo, que cuando golpease con el, dominaría la atención de todos. Busqué, recorrí, seguí buscando y seguí recorriendo… ¿Cuántos árboles habrán en un bosque? Miles…? Millones…?

Casi fue ese número de mazos que examiné. Buscaba algo muy especial; recordé que hay una madera que se denomina "lignitita" muy conocida como "la madera de hierro". Eso es lo que necesito para gobernar y dirigir, me dije. Hasta llegué a comprar uno que parecía ser lo que en verdad buscaba, pero al fin no resulto ser, sino un buen trabajo de laqueado en un sencillo mallete de hierro.

Desilusionado, cansado, y hasta aburrido, olvide mis afanes en pos de aquello que creí indispensable para la labor, hasta que hace apenas unos días, me asaltó de nuevo esa obsesión y volví a recorrer tiendas, kioscos, anticuarios y hasta puestos callejeros en pos de ese Mi Mazo.

Y me enredé en la maraña de una populosa zona de la ciudad de tienditas, localcitos, donde era tal la cantidad de objetos que servían para todo y para todos, que creí que jamás conseguiría lo que realmente buscaba.

Y me encontré de pronto ante una puerta y sin saber como, empujado quizás, por la invisible mano que me guiaba, sin yo saberlo, en el interior de un sitio que me hizo pensar que estaba fuera de la zona del crepúsculo del tiempo. El local, si así se lo puede llamar, era tan pequeño y tan obscuro que apenas si se percibían nuestras siluetas.

Y allí, como surgiendo de la nada, se dibujó una escalera de caracol. Avancé… vacilante y silencioso. Eran tantas las vueltas del ascenso caracoliano que mi esposa que esta muy junto a mi, se mareó como si estuviera en un carrusel.

Llegamos al final de ese laberinto de gradas y ante nosotros se apareció un cuartucho en el que habían miles y miles de cosas y podría jurar que ninguna era –al menos- de mi época. Todas habían sido usadas una u otra vez; algunas sólo ayer, otras, siglo atrás.

Y allí estaba… un hombre, un viejo, diría un anciano que parecía ser tan antiguo como los objetos que tenía en venta. Me dio la impresión de que él nunca esperaba saber el precio que obtendría por su mercancía. Su plateado y escaso cabello, las arrugas de su frente, que hablaban de la sabiduría e inteligencia esparcida en todo su ser; sus labios, en un rictus afable y acostumbrados a las buenas palabras; sus manos arrugas pero firmes como ramas perennes de la acacia inmortal, se alargaron y nos dieron la bienvenida.

Si palabras, sin preguntas, tan solo con ese brillo de sus ojos, ojos que han visto la luz, que han dicho la verdad y que han practicado la tolerancia. Esos ojos a la vez, me decían que le encantaba el regatéo por cualquier trasto, un "tira y afloja", luego una sonrisa cómplice, un apretón de manos y el trato ya estaba hecho.
Su hijo le ayudaba. Tan joven, pero tan ajeno al tiempo como el reloj de pared que sonaba pero carecía de manecillas. Quedé tan absorto con todo ellos que necesite que mi esposa me volviera a la realidad, apretándome mi brazo.

Le dije al anciano que buscaba un martillo, un mazo. Sentí entonces en mis espaldas, un viento helado, como si viniera de los siglos de los siglos. Me volví ante esa impresión, di unos pasos atrás, y quedé sorprendido al ver al joven con una bandeja colmada de mazos, entre sus manos. No eran mazos corrientes. Algunos eran de madera, otro de hierro, unos de plástico, otros de hueso. Cada uno más hermoso que el otro. Yo ya no sabía cual escoger… todos eran malletes Masónicos y así lo manifesté.

La sonrisa huyó del rostro del anciano… su hijo me miró con benevolencia para mi mayor incomodidad y azoramiento aun, el vetusto reloj de pared se detuvo. Después de lo que me pareció el paso de mil siglos. El viejo me miró lanzándome nuevamente una sonrisa como para decirme que él me ayudaría a seleccionar un mazo.

Mi esposa aflojó mi brazo. Sentí que sus uñas se habían clavado en mi piel, traspasando mi chaqueta… el tonto reloj se puso a repicotear nuevamente; no me imaginaba para que ya que carecía de manecillas para decir algo.

Hijo mío, díjome el anciano mirándome con bondad, quieres ser un buen Venerable de tu Logia, ¿Verdad?. ¿Por qué entonces, buscas un instrumento que podría falsear y torcer tu carácter?. Tu no pareces ser un hombre que exija obediencia estricta, si ésta acareara el deshonor para ti y tus Hermanos ¿Por qué quieres un mazo de hierro?

El mazo que vayas a usar, debe ser algo como tu mismo… Pareces ser un hombre paz, con un gran sentido de igualdad; que conoce el verdadero valor de los hombres –Masones y profanos- y el intrínseco valor de las cosas. Te he mirado y me he formado una idea de cómo te llevas tu, con tus semejantes.

Quieres algo hecho de un material que recuerde que eres un hombre que ha conocido tiempos difíciles, tiempos buenos, tiempos malos, tiempos fáciles, tiempos de guerra, tiempos de paz, tiempos de triunfos y tiempos de fracasos, tiempos de amor y tiempos de reposo. Tiempos de estudio y tiempos de enseñanza y que cuando manejes el emblema de tu autoridad, te des cuenta del bien y del mal y que si alguna vez has errado con él rectifiques tu conducta y te hagas más bueno y más tolerante. Quieres algo así, ¿Verdad?

Mudo y con un nudo en la garganta, asentí sin parpadear.

Aquí, Hijo mío, esta el mallete que necesitas. Y al decir esto me mostró un mazo.

¡Oh Dios! Que mazo… Era tan feo como el pecado mismo. Con nudos grandes y duros, sucio y desprovisto de majestad. Parecía el mazo de Matusalén. Volví a la realidad y esbozando una sonrisa me dije: "Me está tomando el pelo… Cómpralo y síguele el juego".

El viejo pareció comprender y antes de que yo pudiera articular palabra alguna, me dijo pacientemente, como reflexionando para si mismo, me dice: "El hombre sigue siendo hombre, ¿Cuándo llegará la hora de confiar el uno en el otro? Y ¿Cuándo le dará el beneficio de la duda antes de golpearle?, mira ese reloj en el muro... tú no confías en él por que no tiene manecillas, pero dime, ¿Porqué habría de tenerlas?

Ha sido construido por el tiempo mismo, para decirte que el tiempo está transcurriendo, que el tiempo pasa… escucha su Tic… escucha su Tac… es el pulso del ser… es el sístole del dar… es la diástole del recibir…

No importa si es mediodía aquí o medianoche allá… simplemente no importa. Se mueve para los que viven y se detiene para los que mueren, pero sigue respirando para quienes quieren escucharle… al paso de sus años.

El anciano alargó su mano y su joven hijo puso en ella, una virutilla de acero. Parecía que joven y viejo se comunicaban sin palabras. Sus arrugadas manos comenzaron a raspar los siglos del vetusto mallete.

Al cabo de algunos minutos, que parecieron interminables, tenía ante mi, uno de los más hermosos malletes que jamás haya visto. Era nudoso y estaba hecho de una blanca madera de Olivo, de aquel Olivo de la Paz.

El anciano me dijo: Ignoro su antigüedad, pero no esta seco, ni es quebradizo. No es pesado pero un suave golpe llama a la audiencia e impone respeto. Es así como deberás gobernar y dirigir a tu Taller y a tus Hermanos. Con juicio firme y sólido; con sabiduría, con fe, con fraternidad, con igualdad verdadera y absoluta tolerancia.

Con la sensación del Olivo y la Paz en tus manos y no con el peso del duro acero, para imponer tu voluntad a los otros, especialmente a los HHermanos de tu arte.

Este mazo es viejo como el tiempo, pero quién lo va a saber, a menos que tu se lo digas. Deja que él te diga que, para dirigir tu Logia debes emplear reglas de una época en la que los hombres de Paz caminaban libres por la faz de la tierra.

Sobrecogido y con lágrimas en los ojos, contemple al anciano.

El ya no sonreía; lucía cansado, pero hondamente satisfecho.

Abrí mi boca y me atreví a balbucear cuanto pedía que yo pagase por ese mallete, por mi mallete.

Puso su vetusta y arrugada mano sobre mi hombro y me dijo: "Hijo querido, Hermano mío, jamás tendrás el dinero suficiente para poder comprar este mallete. Tenlo para ti. Sólo asegúrame que lo usarás con sabiduría y rectitud. Llévalo contigo y recuerda siempre este momento…

Su joven hijo sonrió por primera vez, como para asegurarme de que estaba bien que me lleve conmigo el mallete de buena fe…

Hasta hoy, no recuerdo como salí de ese lugar, ni como bajé esa escalera de caracol… pero si recuerdo que me vi en la calle, entre la maraña de gente, con el mallete apretado entre mis manos muy junto a mi corazón y caminé y seguí caminando buscando la huella para retornar a mi hogar.

Mi esposa tiembla cuando recordamos aquél día, aquél cuartucho, aquél anciano, aquél joven, aquél reloj que aun sin manecillas, marca el decurso de la vida.

Yo se que todo aquello sucedió, porque estoy aquí, sentado contemplando el mallete, mientras me pregunto a mi mismo: ¿Qué hará este mallete por mi?. O lo que es más importante: ¿Qué haré yo por mi Logia que me puso aquí?

¿Qué haré yo por mis Hermanos que me dan el calor que necesito?

¿Qué haré por mi Orden que tan generosamente me cobija?

Y quiero hacer y quiero Ser:

El Venerable Maestro laborioso para este mi justo Taller.

El Venerable Maestro honesto para esta mi Augusta Orden

El Venerable Maestro Sabio para este… mi "VIEJO MALLETE"


Publicado por El Indoamericano en 8/02/2006 07:47:00 PM

El relato está en este blog: http://fenix137rls.blogspot.com/2006/08 ... llete.html

Publicado: Lun Abr 21, 2008 10:33 am
por Aurora
Este relato aparece publicado en la web de la Serenísima Gran Logia Nacional de colombia con sede en Cartagena de Indias, en la sección pública de planchas y trabajos.
http://www.serenisimagranlogia.com/

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CONTESTANDO A UN APRENDIZ


Un Segundo Vigilante contestó la carta de un Aprendiz –llena de interrogantes– en la siguiente forma:

Querido Hermano Aprendiz:

Recibimos vuestra carta. Conocimos vuestras dudas. Comprendemos desde el principio que nuestra respuesta no podría disiparlas como el viento disipa la neblina.
Ni lo pretendemos.

Estaríamos satisfechos con lograr de vos, sólo la duda de vuestras dudas. El resto del trabajo será vuestro. Porque así tiene que ser.

¿Qué pretendéis de vuestro Hermano Maestro? Es sólo vuestro Hermano, no el reemplazante de vuestra conciencia.

¿Qué podemos daros, más allá del bagaje que vos mismo trajisteis? Tal vez algo de nuestra experiencia.

La experiencia de un hombre, que aprovecha a otro tan sólo en la medida en que este último pueda y quiera recibirla. Y nada más. Y así tiene que ser.

Tratemos de ordenar nuestras ideas y que haya ordenada Correspondencia entre vuestro mensaje y el nuestro.

¿Preguntáis si os es lícito dudar así?

Creemos que no sólo lo es; sino indispensable.

Vuestras dudas son buen síntoma. Demuestran que hay vida en vuestro interior, que hay potencia, que hay fuego.

Eso es lo que necesitamos en la Masonería. Lo importante es su correcta aplicación.

Retornáis preguntando si es oportuno formular esta consulta. ¡Somos hermanos... Esa es la respuesta!

¿Qué el tiempo agota vuestras dudas?...
Que nunca se agoten, que siempre se remuevan, que permanentemente o aguijoneen.

De esta manera se ha trazado camino el hombre en su lucha por el conocimiento.
Y el conocimiento es la ruta más cierta hacia la perfección y la Verdad.

¿Qué acaso obtendréis más adelante respuesta definitiva?

Nunca... Y alegraos que así sea. Esa meta que aspiráis se llama también la muerte.
El hombre vive buscando su razón y se perfecciona en este afán. A esto se suele designar como Masonería.

Nos decís las razones que os trajeron a estos Templos. Son plausibles Q.•. H.•. y , más aún, son las mismas nuestras. Nos decís que para estas razones no os hemos entregado lo que vos pretendíais.

No podemos Q.•. H.•. entregaros lo que no tenemos, y, aún, si lo tuviéramos, deberíamos pensar bien si convendría entregároslo.

No puede haber salarios, sino como justa retribución a un trabajo.



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El hombre que plantea interrogantes tiene, en potencia, la capacidad de responderlos.
Ese es vuestro trabajo.

En Masonería no tenemos otra materia prima que el hombre. Todo comienza allí, y allí termina.

Nuestra tradición vale sólo como fuente de inspiración. Nuestra historia, como ejemplo.

Nuestros siglos de existencia como Orden, no han servido para arreglar fórmulas mágicas.

Han servido sí, y es importante reconocerlo, para demostrar que esta fraternidad tiene su razón de ser.

Y la tiene, porque es y continuará siéndolo, aún después de nuestros días, y de los vuestros.

Nos representáis que lo que pretendéis no os lo han entregado vuestros hermanos, ni aún vuestra Orden, como ejemplo institucional.

Ya tocaremos este punto; pero es necesario reiterar que los partidos y sectas se dividen, chocan, se desintegran en sus pasiones efímeras y la Orden sigue inconmovible.

¿Qué dice esto algo? Estaréis con nosotros al creer que éste es un buen ejemplo institucional.

¿Qué nuestra Orden como institución tiene fallas?
Es evidente que las tiene y no escasas; pero éstas son las fallas nuestras: Las tuyas y las mías.

¿Cómo podríamos pretender otra cosa?
Sí. Entendámoslo bien. Nuestra Orden en cada momento, no es otra cosa que sus hombres, frente al instante histórico en que se desenvuelven. Nada más que esto.
Sus hombres, con sus ideales, sus aspiraciones, sus nobles propósitos, sus intelectos, sus instintos y su animalidad, sus pequeñeces, sus egoísmos, sus envidias. El espíritu enfrentado a la materia: y está todo dicho.


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Si nada más esto constituye nuestra Orden.
¿Cual es la diferencia con cualquiera otra agrupación de características generales similares?

La diferencia es sutil; pero fundamental.

Tal vez nazca del hecho mismo de reconocer, con franqueza profunda que traemos, juntas, al ingresar, nuestra nobleza y nuestra impureza.

Y, desde acá, tratamos, por todos los medios lícitos, de acrecentar una y disipar la otra.

Tal vez resida en la comunidad de ideales, lejanos e inalcanzables que nos unen.

El beneficio inmediato; el premio seguro, aquí no existe. Así nos garantizamos mutua buena fe.

Tal vez se encuentre la respuesta en el "cáliz de la amargura", que nada ofrece y todo lo pide.

En la Cadena de Unión Fraternal; en el Pavimento Mosaico que nos nivela.

Habría que buscar la razón en nuestra Declaración de Principios, conjugándola con nuestro Testamento Masónico.

En el mandil Blanco y humilde y en la espada flamígera, relampagueante, que porta el más sabio de los hermanos y el cuál, sin embargo, no es más que el primero entre sus iguales.

Sí, en todas estas cosas hay que buscar la respuesta. Y la respuesta se hallará.

A condición que creamos, sintamos, vibremos y nos penetre su íntimo significado.

Los símbolos, de los cuales está pletórica nuestra Orden, nos hablan.

Sólo se les puede escuchar con los oídos del espíritu. Abramos nuestros espíritus a sus voces.

¿Qué estamos haciendo aquí?

Cada vez que surge esta pregunta, me semeja un lamento desgarrador.

"Estamos aquí, tratando de vivir con sentido".



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El hombre si bien es cierto que ha nacido sin pedirlo, y se esfuma sin desearlo, no puede considerarse como una hoja entregada al capricho de los vientos.

Tiene capacidad para angustiarse con su sino.

La tendrá entonces para resolverlo. Eso estamos haciendo aquí.

Nuestras logias simbolizan el Universo. Preguntarse la razón de nuestra presencia en Logia, equivale a interrogarse por nuestra presencia en el Cosmos.

¿Cómo se nos facilita en Masonería la formidable tarea?

- Acercamos el hombre a su hermano: FRATERNIDAD
- Respetamos todos los puntos de vista: TOLERANCIA
- Repudiamos el dogma limitado: LIBERTAD
- Nos respetamos y consideramos mutuamente: IGUALDAD

Estas son algunas de la condiciones ambientales que ofrece la Masonería.
Así facilita nuestra tarea.

Se facilita, además, con el uso adecuado de los símbolos, con la experiencia y conocimientos que van a fondo común.

Con la seriedad, prestigio y honorabilidad de esta Institución, condiciones que constituyen el legado precioso que recibimos y el cual tenemos la obligación de defender y acrecentar.

Pese a todo lo anterior, hay que volver sobre la idea matriz y repetirla cuántas veces sea necesario.
Todas son herramientas.

La única materia prima es el hombre. De su calidad intrínseca depende la obra.

No sigáis pidiendo razones Querido Hermano Aprendiz.
El único camino es buscarlas dentro de vos mismo.

En vuestro interior están las dudas...
¡en vuestro interior están las respuestas!

Os hemos tendido una mano fraterna.
Os hemos soplado un hálito tibio.
Os hemos mirado al fondo de los ojos
y auscultado el latir de las venas.

Sin embargo, no podremos jamás adentrarnos en vuestra
conciencia...
¡Os dejamos a solas con ella!



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Trabajo presentado por Joaquín Martelo Rodríguez, compañero Masón de
la Muy Respetable y Benemérita Logia Colombia Nº 61
Cartagena de Indias julio de 2004

Publicado: Mié Abr 23, 2008 9:47 am
por Yaiza
Pues, querida Aurora, mis felicitaciones a Joaquín Martelo Rodríguez, compañero Masón de la Muy Respetable y Benemérita Logia Colombia Nº 61.

Y a ti, muchísimas gracias por traer tan sabias palabras a este espacio.

Me han resultado sumamente útiles. :D

Un beso muy grande. :wink:
Yaiza