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El Tres veces maestro

Publicado: Mar Ago 15, 2006 10:28 am
por ixvilla
Hermes Trimegisto “El tres veces maestro” la tradición nos lo ha presentado como el creador del cuerpo sacerdotal de iniciados de Egipto, estado gobernado por una oligarquía de sacerdotes que poseían secretos sobre conocimientos teológicos, cosmogónicos y científicos, representados por el Faraón. Éste es quizá el carácter fundamental que distingue el mundo de Egipto del de la civilización mesopotámica. En ésta, toda la organización social, a través de los tiempos de Summer, Acad, asirio y persa, se basaba en la autoridad absoluta del Rey, con una clase sacerdotal subyugada. De ahí sus colapsos periódicos hasta su destrucción definitiva por Alejandro Magno. Sin embargo, Egipto mantiene durante milenios la misma civilización, de una altura espiritual extraordinaria, aunque siempre reservada a un cuerpo minoritario de iniciados. Incluso tras su conquista por los Hicsos en el 2200 a. C., supieron conservar su ciencia secreta, matriz de su cultura, hasta que Amos, nacido de sus templos, consiguió expulsar a los invasores 900 años después. En conjunto, Egipto produce una enorme sensación de estabilidad, de eternidad, transmisora de conocimientos inmemoriales. De los que se fecundó el pensamiento de gigantes como 0rfeo , Moisés, Pitágoras o Platón.

La antigüedad de la formación de la doctrina sacerdotal egipcia es enorme. Sus iniciadores fueron los que construyeron la Esfinge de Giseh. En una inscripción referida a la IV dinastía faraónica hay una referencia a la misma en la que se cuenta que su construcción se perdía en la antigüedad. Por entonces la Esfinge fue encontrada enterrada en la arena. Si consideramos que la IV dinastía está fechada alrededor de 4000 a.a.C., ya se podrá juzgar sobre el momento de su construcción. Por aquel entonces las olas del mar batían cerca de su base y todavía no se había formado el Delta del Nilo. Esta esfinge está formada por una cabeza de hombre que corona un cuerpo de toro, provisto de garras de león, y a sus lados dos alas de águila. Es decir, los cuatro animales reyes de la creación, los mismos que vemos en la visión de Ezequiel, los que simbolizan los cuatro Evangelistas. La Esfinge era, pues, un símbolo perfecto de la Cuaternidad, de la unión de los cuatro elementos que forman el mundo, aire, fuego, agua y tierra. En suma, un símbolo de todo el Universo, de Dios con lo creado. Su construcción supone, por consiguiente, que ya estaba en su madurez una elevadísima concepción del mundo y del hombre, que necesariamente tuvo que llevar muchos siglos en su elaboración, probablemente mucho más allá del 5º milenio.

La figura de Hermes está, pues, referida a esas remotas épocas. Es lógico que se ponga en duda su existencia. Pero una teología cosmogónica tan depurada como la desarrollada por los sacerdotes egipcios es casi inconcebible que naciera espontáneamente sin la presencia de un gran místico-visionario del mismo nivel que Rama, Krisna O Buda. Así que, probablemente, existió. Lo apoya una persistente tradición mantenida durante milenios por los egipcios, por la tradición griega que nunca dudó de su existencia, y por la recogida por todos los alquímicos que en el mundo han sido, que lo consideran su precursor.

El nombre de Hermes se ha ampliado en su significación con el tiempo, viniendo a simbolizar una doble trinidad: Por un lado sería el iniciador, el maestro, el visionario de las realidades supremas. También con su nombre se designa a la casta sacerdotal, su heredera, la depositaria de la Verdad. Y finalmente representa a un dios, a Mercurio, el situado en la esfera celeste de los iniciadores, cumpliéndose la correspondencia entre el mundo divino y el hombre. La tradición lo ha identificado con el dios Thoth, algo que no debe extrañarnos. Para los sacerdotes egipcios, los dioses eran hombres inmortales, y los hombres dioses mortales. En el Libro de los Muertos egipcio se habla de Toth como intermediario entre las almas de los muertos y Osiris. Así se lee en el Capítulo LXXVIII: “Tendrá cuidado de él el dios Thoth, a su llegada, así como en sus desplazamientos posteriores, y esto, regularmente, todos los días, real y eternamente, llegará el difunto a ser Espíritu Santificado en toda su perfección”. Y en el Capítulo XCII: “Es Toth quien me ha revelado los Misterios de la Noche que Ra guarda celosamente. Y también otras cosas que vosotros sabéis...”

Los iniciados griegos le llamaban Hermes Trimegisto pues fue a un tiempo rey, legislador y sacerdote. Lo que nos dice que hubo un tiempo en que los tres poderes estaban unificados en una misma casta social. Una época que vino en llamarse el Reino de los dioses.
Lo que hoy entendemos por hermetismo, y que consiste en un conjunto de ideas, creencias y prácticas, fue redactado en una serie de textos entre el siglo III a. C y el III d. de Cristo, fundamentalmente en las escuelas de Alejandría. Dentro de este conjunto de escritos hay que separar los que pueden considerarse hermetismo popular y que se refieren a la astrología, la magia, la alquimia y las ciencias ocultas. Aparte hay que poner a los considerados de más altos conocimientos, de saber más erudito y que constituyen el Corpus hermeticum . Se aprecia en todos estos libros un fuerte sincretismo, en el que se amalgaman ideas preferentemente egipcias con las judías, con las del platonismo tardío y el de las escuelas gnósticas. Por tanto, es difícil discernir qué puede atribuirse a las tradiciones más antiguas.

Nacho