The Lancet, publicación médica británica, recoge un articulo firmado por un grupo de médicos norteamericanos dirigidos por L.G. Koniaris, especialista en cirugía oncología y cuidados paliativos en la Miller School of Medicine de la Universidad de Florida, según el cual los análisis toxicológicos practicados después de su muerte a los condenados a inyección letal, muestran que la concentración de anestésicos en su sangre en el momento de morir es inferior, en muchos casos, a la que se obtiene en los pacientes de intervenciones quirúrgicas.
Por otra parte, los condenados se encuentran bajo los efectos de paralizantes musculares, mientras que 19 estados de EEUU prohíben el uso de paralizantes musculares antes de sacrificar animales para evitarles un sufrimiento adicional.
Los autores de esta publicación concluyen que las condiciones en las que se ejecuta a los condenados a muerte en EEUU "no responden siquiera a los criterios requeridos por los veterinarios para sacrificar animales".
Sin comentarios. ¡QUé heavy!

Un fuerte abrazo, queridos amigos.
Yaiza.